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30ytantos: El secreto longevo de las japonesas

Hace una semana se celebró la IV edición del JBP Trophy, donde se premiaron a los mejores tratamientos antiaging con Japan Bio Products. En esta ocasión fue en Tokyo, la cuna de los longevos y desde donde, cada vez más, tomamos apuntes para ralentizar ese envejecimiento que según los expertos un tercio depende de nuestra genética y dos tercios de nuestros hábitos.

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Madrid | 08.06.2017 06:00

Si hay algo que llama la atención de Japón es la manera tan educada y respetuosa con la que convive tanta gente en tan poco espacio. Eso, y que no hay obesidad ni sobrepeso ni es fácil determinar la edad de las lugareñas.

La tasa de obesidad en el país es solo del 5% y la media de esperanza de vida nipona es después de la de Mónaco, la segunda más alta del mundo, con 91,8 años.

Los japoneses siguen una máxima que es: comer mucho solo vale para vivir poco. Allí no verás a la gente comiendo por la calle, esperan a estar sentados y tranquilos para nutrirse, porque pocas veces les veras comer porquerías, con productos frescos como bandejas de sushi o bocatas de nombre onigiris, que se componen de arroz, alga y salmón o atún…

El trigo se ve poco, solo para hacer los noodles y las harinas no campan a sus anchas como aquí. Tienen bajo control los aceites, el alcohol y ese azúcar que tanto nos gusta por aquí y que se ha demostrado, es uno de los grandes causantes del envejecimiento celular. Aunque hay repostería está más destinada al turismo. El helado que más consumen en Japón es el de té verde y cualquier postre de los suyos, a un occidental le sabe muy soso. Por ejemplo las dorayas, que son como las conchas de aquí pero dentro en vez de chocolate le ponen anko, una pasta de judías rojas. Fíjate si son sanos que en las maquinas encontrarás bebidas refrescantes de colágeno o aloe vera.

Por cierto no he visto patatas, uno de esos alimentos que engordan más que nutren, ni quesos ni otros derivados lácteos. Aunque me consta que de vez en cuando si comen. Pero de uvas a peras

En el JBP Trophy doctores de Costa Rica, Chile, Argentina, Ecuador, Suiza o España hablaron mucho de cómo hacernos mayores sin sentirnos viejos y todos coincidían en que el elixir de la eterna juventud esta, en la actitud. Hay que sonreír porque las arrugas son el reflejo de tus pensamientos y sentimientos, y si el gesto te arruga, para eso está la medicina estética. Para corregir esos daños colaterales de vivir. Toxina botulínica, Acido Hialurónico, hilos… tanto para rejuvenecer como para parecerse a nosotras. Para que te hagas una idea, muy cerca en Corea del Sur el 68% de las mujeres se han hecho tratamientos de medicina- cirugía estética para abrir el ojo.

Las japonesas, como dice la doctora Vicenta LLorca, una de las grandes del Antiaging a nivel internacional, se obsesionan con la arruga porque tienen mucho miedo a envejecer, y para ello no dudan además, en inyectarse chutes de energía y extractos de placenta para estimular su sistema inmunitario y hormonal.

Van con sombrillas por la calle y montar un chiringuito en la playa allí puede ser el negocio más ruinoso del mundo. Se protegen mucho del sol porque para ellos una piel bella es una piel blanca y sin manchas. Les encanta la cosmética, pero no acostumbran a usar perfume porque consideran que su piel debe oler a limpio y por eso se esfuerzan mucho en el aseo. Es más, les molesta los perfumes fuertes que usamos por aquí porque piensan que nos los ponemos para tapar un intenso olor corporal.

Como te conté hace unos meses, en Japón, viven, en la Isla de Okinawa, las mujeres más longevas del mundo y también, el mayor número de mujeres con edad indefinida. Se conocen como las bimajo (bellas brujas) y son mujeres de más de 35 años que no envejecen y aparentan menos edad de la que tienen.

Total... que si nos fijamos en ellos, muy mal andamos haciendo las cosas por aquí. Hay que cuidarse para llegar joven a viejo. Hay que comer de manera sana y al 80% de nuestra capacidad, nunca llenarnos, hay que moverse ya que no nos paramos porque envejecemos, envejecemos porque nos paramos. Y disfrutar. Y siempre ser positivo, por difícil que esto sea.

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