Dejando la política al lado, hay venenos que perduran y que nos arrastran, disfrazando una cosa de otra muy distinta.

Sólo debemos tenerle miedo a un lado, a pesar de que hemos probado el otro y España no aguantaría el experimento mucho más. Si nos condicionan a la hora de elegir libremente, ¿no se está viciando el sistema? Dicho esto, los pactos a ambos lados son, cuanto menos, preocupantes.

Personalmente no me gustan los pactos que se están firmando, como no me gustaron los pactos que se firmaron antes, pero forman parte del juego democrático. Eso no puede valer para blanquear a criminales ni para ponerlos a la altura de demócratas, aunque haya democrátas con ideas que puedan no gustarnos.

Les recuerdo que es mi opinión y eso no la hace ni más válido ni mejor. Pero es mía y se puede disentir o compartir, yo la seguiré dando.

La inteligencia artificial es algo que tiene que evolucionar, pero el uso que le demos determinará si es buena o mala. De momento, el horizonte que dicta Internet en cuanto al consumo de información pide precaución.

La coherencia no está reñida con nada, pero en ocasiones puede no gustar.

De Bildu a la Ley de Bienestar Animal, pasando por la derrota del Real Madrid, hay mucho de lo que hablar sin entrar en campaña electoral.

Los votos se compran con ideas, con promesas y a veces con ir bajo el paraguas de unas siglas, sin nada más que aportar. Pero hay cosas... Hay cosas... Que ni por esas.

Hay cosas poco importantes convertidas en circo y cosas más importantes sometidas al silencio.

Pasan muchas cosas cada día, pero a veces hay que analizar dónde se pone la atención y con qué objetivo.