Los responsables de protocolo de la federación sudaron la gota gorda para contentar a unos políticos ansiosos por aparecer junto al Rey Felipe VI.
Pedro Sánchez, que desde que es presidente solo ha acudido a la final que jugaron Athletic y Barça, casualmente sus socios políticos vascos y catalanes, tiró de Real Decreto para que su vicepresidenta, María Jesús Montero, ocupara su lugar a la derecha de Su Majestad ante el enfado del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a quién la Federación cedió la izquierda del Rey quizás porque nadie iba a echar de menos la presencia del testaferro de Rocha en la presidencia federativa durante el proceso electoral, el navarro Rafa del Amo, responsable del fútbol femenino, quien delató ante el resto de presidentes a Rubiales, Luque y Rivera de coaccionar a Jenni Hermoso, su entorno y otras futbolistas.
Los grandes ausentes fueron los que muchos apuntan como grandes culpables de la situación actual del fútbol español, el citado Sánchez, su “amigo” Alejandro Blanco, presidente del COE, y el protegido de ambos hasta que FIFA le inhabilitó, Luis Rubiales.
También se borró de la foto Pedro Rocha, quien espera con nervios la decisión del Tribunal del Deporte que puede terminar con su inhabilitación, mientras recolecta los avales a través de sus colegas territoriales, que tendrá que presentar antes del jueves con la incógnita de si algún otro precandidato consigue alcanzar los 21 necesarios.
Y por cierto, que en el juego de tronos del palco el que mejor sitio tenía era el Alcalde de Santiponce, Juan José Ortega, de Izquierda Unida y a la izquierda del Rey, guardándole la espalda.
