Shanghái sigue viviendo una situación límite a causa del Covid. La capital económica de China mantiene una política de 'Covid cero' con un confinamiento total de la población y sin fecha aproximada para poner fin a una vida que dificulta incluso poder comprar comida a los vecinos.
"Llevamos casi dos meses confinados y lo que parecía que eran pocos días se ha vuelto interminable. No hay un mensaje o fecha que diga cuándo se va a terminar todo y todos viven con incertidumbre", cuenta la corresponsal de Onda Cero en Shanghái, Inma Escribano, que narra su día a día en la ciudad: "Se puede salir una vez por semana, pero todas las tiendas están cerradas y las calles desiertas".
Dificultades para comprar comida y precios muy elevados
Inma Escribano admite que la vida diaria ha "mejorado un poco", aunque sigue siendo necesario coordinarse con los vecinos para la compra. "Tenemos que mirar en la app qué comida podemos comprar para que nos la traigan", asegura Escribano, que añade que los precios se encuentran a un nivel abusivo: "Por una PCR cobran 300 euros y la comida también está carísima".
"Las calles de Shanghái están desiertas, las tiendas cerradas (...) Las condiciones para vivir no son apropiadas ni para mayores ni para niños".
La ciudad "paralizada" y el enorme impacto en la vida de la población ha propiciado que muchos extranjeros deseen marcharse. "Hasta un 85% de extranjeros ya ha salido de la ciudad. No quieren estar encerrados, porque las condiciones para vivir no son apropiadas, tanto para mayores como para niños".
Los grupos de Whatsapp de personas extranjeras en China aumentan cada día, en los que se dan consejos para sobrevivir a la situación en Shanghái. Tampoco hay una hoja de ruta de las autoridades que establezca una fecha en la que cambiará la política anti Covid.
El "infierno burocrático" para salir de China
En el caso personal de la corresponsal de Onda Cero, ya ha decidido marcharse del país, aunque la burocracia y las numerosas gestiones no hacen nada fácil el desplazamiento: "Hemos decidido marcharnos. La Embajada de España ayuda, pero la última palabra la tienen las autoridades de aquí. Es un infierno burocrático que esperamos que se resuelva el próximo 3 de junio".
Además del complicado traslado hasta el aeropuerto, muchos vuelos se cancelan de manera diario, por lo que se aconseja llevar comida e incluso sacos de dormir: "Hay que llevarse comida y sacos de dormir, porque es un aeropuerto fantasma y muchos vuelos se cancelan".
