Así mismo, tampoco este año se van a imponer los reconocimientos a nuevos Caballeros y damas de San Antón. La Real Orden de San Antón, con motivo de la celebración del día de su patrón, hace entrega de su distinción anual a las personas e instituciones que se distinguen por su contribución especial en beneficio de Orihuela.
La Romería y la Fiesta en el popular barrio del Palmeral oriolano no podrán realizarse
Origen de la festividad de San Antón
Dice la historia que San Antonio Abad tenía una vida austera muy unida a la naturaleza de la que descubrió la sabiduría y el amor divino. De este amor nació su costumbre por bendecir a los animales y a las plantas.
Una vez, San Antón se encontró con una jabalina ciega que cuidaba a sus jabatos pequeños. San Antón hizo un milagro y curó a la jabalina, esta jamás se separó de su lado, por este motivo siempre que se representa a San Antón se realiza junto a una jabalina que le acompaña.
Tanto Orihuela, como el resto de localidades de la comarca han suspendido la tradicional bendición de los animales y la Fiesta del barrio oriolano, la más antigua.
La festividad de San Antonio Abad, patrón de los animales, se conmemora el 17 de enero. Es la primera fiesta oriolana del año, una de las más populares, que se celebra en el Barrio de San Antón, enclavado al pie de la sierra, junto al Palmeral de Orihuela, de origen árabe, uno de los lugares con encanto de nuestra ciudad.
La misa, procesión, pasacalles, puestos de feria, y juegos populares, como el caliche, han contribuido a dar esplendor a los festejos. Después de la misa, de acuerdo con la tradición, se procede a la bendición de los animales para protegerlos durante todo el año de cualquier perjuicio o peligro. Pero en esta ocasión la Concejalía de Festividades Oriolana anunciaba semanas atrás la suspensión de tos los actos incluído uno que atrae a numerosos visitantes, el certamen del ya famoso Concurso de Charlatanes con carácter nacional, en el que se valora el talento y la "palabrería" con la que exponen las características para vender sus productos.
Tampoco va a continuar la tradición de al finalizar el día, siguiendo la costumbre, la rifa una cerda con su camada, cuya recaudación va destinada a obras sociales. En un pasado, no tan lejano, era comprada siendo pequeña y alimentada en el propio barrio. Unos días antes de la fiesta, la llevaban por todos los pueblos de la huerta y el campo, transportada en una carreta de madera tirada por bueyes, para que la gente se animara a comprar las papeletas de su rifa.
