Lluvias tan abundantes como las caídas en estos dos meses de marzo y abril en la zona de Callosa no se conocían desde que la cooperativa del níspero de esa localidad tiene registros. Una cantidad de lluvia que podría haber perjudicado mucho al níspero. Sin embargo, la fuerza de las últimas lluvias ha causado algunos daños en las infraestructuras turísticas y urbanas, pero no al campo.
El frío también "ha tocado poco al níspero" y a otros frutos salvo a los ubicados "en zonas más elevadas de montaña", ha explicado el ingeniero agrónomo de la Cooperativa del Níspero de Callosa, Esteban Soler, que ha explicado que el clima vivido en estas últimas semanas sí ha dañado "las parcelas más orientadas al sur, las del níspero más prematuro" y que son "los que logran un precio más elevado", por lo que, a nivel individual, ha afectado fuertemente a algunos agricultores. Considerando, sin embargo, la cosecha total, "supondría un 15%". Aún así la tormenta ha sido más benévola de lo que se esperaba ante las cifras de pluviometría y las temperaturas. Ahora, los agricultores piden que lo venga "sean días de sol para poder iniciar la recolección y para que puedan venderse los nísperos más adelantados", concluye Soler
Lo que sí han hecho las tormentas es "retrasar el inicio de la campaña", lo que "comporta mayor rivalidad de esta fruta con otras más tardías", cuando las expectativas, antes de estos episodios climáticos, eran "muy buenas", según Soler. La cooperativa espera que se pueda comenzar a recoger a finales de la última semana de abril o una de mayo, cuando cobren algo más de color y volumen.
