EN BUENAS MANOS
Contra la obesidad y el sedentarismo
Y es que las personas que mantienen unos niveles razonables de actividad física, tienen una menor probabilidad de padecer enfermedades crónicas o una muerte prematura. La actividad física contribuye a la prolongación de la vida y a mejorar su calidad por medio de beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales. También hay que considerar los costes económicos en términos de enfermedad. Se calcula que los costes sanitarios de las personas activas son un 30% inferiores a los que ocasionan aquellas personas inactivas y sedentarias.