Karina Saiz Borgo presenta en Más de uno su segunda novela ‘El tercer país’, de la editorial Lumen, que estará disponible en las librerías a partir de mañana, 4 de marzo.
Tras el éxito de su primera novela, ‘La hija de la española’, Karina Sainz se ha atrevido a publicar otro título, ‘El tercer país’, novela que empezó a escribir en marzo de 2019 durante la promoción de la primera. “Tuve la sensación de que estaba perpetuamente trabajando en la historia”, explica Karina, por lo que no sintió que se sentaba a construir algo de cero.
Sin embargo, la escritora quería que esta novela fuese “mucho más ambiciosa”, cuenta. Para ello, en el ‘El tercer país’ creó un territorio ficticio donde sucede toda la acción llamado Mezquite, inspirado en Comala de Pedro Páramo, novela de Juan Rulfo. Además, ‘El tercer país’ está redactado de una forma más sintética y breve porque trata temas mucho más duros.
Durante la pandemia, Karina se dedicó a escribir y pulir lo que ya había escrito. La escritora destaca que “escribir es un proceso de borrado” y confiesa que ha empezado a disfrutar a borrar aquellos fragmentos escritos.
La novela ocurre en una frontera, la que separa la sierra oriental de la occidental. Angustias Romero huye de la peste con su marido y sus dos hijos gemelos y sietemesinos atados a la espalda. Sus hijos mueren y su marido, aquejado por la fiebre, apenas puede ayudarla a cargar las cajas de zapatos donde llevan a sus bebés muertos, antes de abandonarlas en ‘El tercer país’, el cementerio ilegal de Visitación Salazar.
El hecho de no tener una sepultura es como una segunda muerte
La idea de la muerte está presente en sus dos novelas. Cuando le surgió la idea de escribir ‘El tercer país’, “el mundo vivía de espaldas a la enfermedad y la muerte”, explica la escritora. Sin embargo, con la llegada de la pandemia hubo una hiperconciencia de la muerte. Fue entonces cuando “se demostró que la gente no siempre podía enterrar a los suyos”, dice Karina.
‘El tercer país’ surge de un viaje que hizo la escritora hasta un cementerio perdido donde enterraban muerto sin nombre. Karina empezó a viajar y a documentarse en lugares fronterizos, y con esta experiencia pensó: “la gente que huye, ¿dónde la entierran?”.
