JULIA EN LA ONDA

Territorio Negro: Operación Oikos. Las mafias del fútbol y las apuestas

Las apuestas deportivas mueven miles de millones de euros. Las grandes casas de apuestas están en paraísos fiscales y algunas patrocinan equipos de fútbol. Se ha creado un entramado turbio en el que florecen, a veces, tramas de corrupción. En este territorio negro, Manu Marlasca y Luis Rendueles nos van a hablar de la operación Oikos, la más importante llevada a cabo en España contra los amaños de partidos y la corrupción en el fútbol español.

ondacero.es

Madrid | 25.06.2019 17:04 (Publicado 25.06.2019 17:02)

Todo empieza con un partido de la liga de segunda división de la temporada pasada, el 27 de mayo de 2018. El Huesca, que ya ha subido a primera y no se juega nada, se enfrenta al Nástic de Tarragona, que anda en los puestos bajos y puede bajar a segunda b. Todo indica que el favorito es el Huesca. Pero en las casas de apuestas comienzan a verse cosas muy raras, antes y durante el partido.

El Departamento de Integridad de la UEFA, la federación europea de fútbol, avisa a España que en el partido han pasado cosas muy extrañas. Estudian las principales casas de apuestas, las más conocidas, y descubren que se han apostado unos 621 mil euros a que el Huesca iba a perder el partido. Es una cifra 14 veces superior a lo normal. También se detecta que ha habido muchas apuestas combinadas: gente que arriesgaba su dinero diciendo que al descanso el partido iba a ir en empate, y al final ganaría el Nastic, lo que sucedió. El único gol del partido lo metieron en la segunda parte. Muy pronto, la policía española descubre otro hecho sospechoso: muchos apostantes, los que más dinero han ganado con ese partido, son de la ciudad de Málaga.

La policía nacional, su grupo de control de juegos de azar, hace un informe muy completo sobre los ganadores de apuestas con ese partido entre el Huesca y el Tarragona. El que más ganó fue Antonio Pintidura, que consiguió algo más de 9.100 euros con ese partido. Luego hay otras personas conocidas por él, como un socio suyo, un empleado y un primo.

Y la policía investiga a ese apostante tan bien informado y a los otros ganadores. Tiene una marisquería en Málaga. Conoce, él y otros beneficiados de aquellas apuestas, a un ex futbolista nacido y criado en Málaga, que pasó por la cantera del Real Madrid y jugó en muchos equipos: Levante, Granada, Osasuna, Villarreal. Se llama Carlos Aranda, fue un delantero centro potente y prometedor y ahora está retirado y vive en su barrio de El Palo, en Málaga. Carlos Aranda, por cierto, es socio en dos locales de apuestas deportivas abiertos en la ciudad, con un italiano, Matteo Mariotti, sobre el que volveremos luego.

Carlos Aranda y algunos miembros de su clan familiar ya habían sido investigados varias veces por la policía de Málaga. Ya desde el año 2007 la policía puso los ojos en ese grupo familiar, que nació de un matrimonio de pescadores de la barriada de El Palo y luego fue investigado por blanqueo de dinero, tráfico de drogas y extorsión. Algunos miembros de la familia siguieron con su vida honrada, pero otros entraron digamos en el radar de la policía, entre ellos el ex futbolista Carlos Aranda, al que su gente llama El Tano. El que luego sería futbolista nunca tuvo a su padre cerca y su madre murió cuando era un crío, con diez años. Se crió con su tío, Salvador, alias El Chava, que fue uno de los investigados por la policía y que ya en el año 98 fue detenido después de una pelea en una discoteca de Torremolinos. Entonces la policía le quitó un machete y una espada samurai de treinta centímetros de hoja. En ese clan está también Antonio Jesús Pintidura, el principal beneficiado de las apuestas del Huesca-Nastic.

El ex futbolista y algunos parientes, también Antonio Pintidura, son investigados por supuesto tráfico de drogas y blanqueo de dinero, pero el caso se cierra por un defecto de forma y todos siguen en libertad. Ya en 2017 la policía ha escuchado a Carlos Aranda hablar con otro futbolista, este de primera división y en activo. Se trata de Recio, que era jugador del Málaga entonces y ahora está en el Leganés. Aranda le dice: "Te pedí que hubiera 14 ave y hubo 16, gilipollas que soy". Se refiere a que apostó dinero a que en el partido Málaga Real Madrid habría 14 saques de esquina. Hubo dos más y perdió dinero. En una conversación con otra persona llamada Nacho, este le explica a Aranda que había apostado setecientos euros a que el árbitro iba a sacarle una tarjeta amarilla a Recio en el partido contra el Sevilla. El tipo se queja porque Recio hizo veinte mil faltas y el árbitro no le sacó la tarjeta, así que perdió dinero. Aranda le reprocha: "por qué no me dijiste a mí que yo se lo diga que se la sacaran?". Una tercera conversación es entre Antonio Pintidura y Aranda. Propone hablar con Recio y amañar partidos. El futbolista va a casarse y el dueño de la marisqueria dice que será buen momento para hablar con otros compañeros.

Aquella investigación se cierra por un defecto de forma y todos siguen en libertad. La policía retoma ese hilo antiguo. Y encuentran a otro futbolista famoso, incluso internacional con la selección española. Aranda tenía calidad y ganó dinero con el fútbol. Algo más de 500.000 euros por temporada cuando jugó en el Granada y el Zaragoza. Se retiró en 2016 y ha montado varias empresas, entre ellas, una llamada Studio Kinze, supuestamente dedicada a la compra venta de muebles. Allí su socio es otro ex futbolista y viejo amigo, el que fuera compañero suyo en el Real Madrid, Raúl Bravo, al que llaman El Orejón y que llegó a ser internacional con la selección española absoluta.

Aranda llevaba tiempo intentando amañar partidos de primera y segunda división según la policía. Y parece que con Raúl Bravo consigue llegar a otros futbolistas y todo indica que consiguen amañar partidos.

El sumario de la operación Oikos lo indica así. En las grabaciones y las investigaciones aparece muy pronto un tercer futbolista, el defensa Íñigo López Montaña, que esta temporada ha jugado en el Deportivo de La Coruña y pasó antes por el Huesca.

Las escuchas a los futbolistas permiten dibujar cómo funcionaba la red. Iñigo López habla de que él ya pagó en su día por un amaño en tercera división: el partido entre el Sariñena y el Cariñena, dos equipos modestos de Aragón. Algo salió mal, porque a pesar de que en las escuchas se habla de que seis futbolistas del Sariñena han aceptado participar en el fraude, al final el resultado no fue el pactado. Los jugadores ofrecen entonces amañar otro partido, pero el grupo de Raúl Bravo y Aranda desconfía.

Escuchas ambientales son las que se consiguen, por ejemplo, colocando un micrófono en el coche de un investigado. En este caso se hizo con Carlos Aranda. Raúl Bravo manejaba un teléfono negro, o sea, un teléfono encriptado, algo que no puede pincharse. Y la red se tomaba muchas molestias. Por ejemplo, hizo viajar a una persona de Madrid a Huesca para entregar un teléfono a un futbolista implicado de forma segura. Cuando lo tenía en la mano, recibió la llamada de Raúl Bravo para hablar con seguridad.

No hablaban abiertamente de amaños. En algunas conversaciones se refieren a "tenemos torneo FIFA", fingiendo que hablan de juegos de fútbol en la play para referirse a partidos amañados. También hablan de que la clave para el FIFA es ‘Ronaldo’. Los que llaman "los servidores del FIFA" son Aranda y Bravo. A ese partido de tercera división lo llamaban "torneo de Call of Duty", en alusión al videojuego. Y de menús de 3500 para algunos jugadores, se refieren a los euros que iba a cobrar cada uno de los principales implicados en el amaño.

La policía también descubre la implicación del Huesca, un equipo que ha jugado este año en primera división. Las grabaciones revelan que Aranda y Bravo están reclamando una vieja deuda de cien mil euros al presidente del Huesca, Agustín Lasaosa. Los investigadores creen que corresponden a un partido amañado años atrás, posiblemente un Huesca-Lugo, pero no lo saben con certeza. El caso es que no se andan con bromas. Aranda le escribe el 7 de enero de este año al presidente del Huesca: "Presi !!! Cuando podemos cerrar los 100 que tenemos pendientes... Todo el mundo salió bien parado menos nosotros, que organizamos todo, y encima estamos metidos en un lío con la gente que puso la pasta y sólo nos aguanta este mes. Si no contestas, iremos a verte personalmente con esa gente y te aclaras tú con ellos. En esta vida hay que ser serio y agradecido".

Y en ese clima digamos casi mafioso, la policía descubre que Raúl Bravo y Carlos Aranda están preparando un amaño para el partido de primera división, en la última jornada, entre el Valladolid y el Valencia. El Valladolid no se juega nada, ya ha conseguido mantenerse en primera, pero el Valencia tiene que ganar para meterse en la Champions. Y gana. Y parece que Bravo y Aranda ya lo sabían

El Valencia ganó 0-2 ese partido. Carlos Aranda da instrucciones para apostar diez mil euros y calcula que ganarán el doble. Van a apostar a que el Valencia irá ganando en el descanso y ganará también al final del partido. La policía sigue una reunión que mantienen en Valladolid Raúl Bravo, llegado expresamente desde Madrid, y el capitán del Valladolid, Borja Fernández. Aranda dice que hay que darle 50.000 euros al futbolista. No se sabe de qué se habló en esa reunión. Borja Fernández dice que su viejo compañero Bravo fue a pedirle ayuda para conseguir entrar en el equipo técnico del Valladolid. La policía aporta una grabación en la que se oye a Aranda decir que hay siete futbolistas del Valladolid comprados.

El partido lo gana el Valencia y la policía sigue investigando. Detectan que el jueves siguiente, Raúl Bravo va a viajar a Valladolid y planea entregar 50 o 60 mil euros. Pero finalmente no lo hace. Tampoco se presenta al examen para conseguir el título de entrenador de fútbol que tenía ese día en Madrid. Lo que piensan los investigadores es que Raúl Bravo no tenía el dinero en metálico todavía porque había sido avaricioso y había apostado una combinada: además del Valladolid-Valencia, el resultado del Getafe-Villarreal, que fallaron, por lo que no tenían digamos cash. Así que Raúl Bravo, que se llama el rey del barro o el dios del barro a sí mismo, tenía que esperar a que llegara a Madrid alguien con 50.000 euros en un maletín. Y ese alguien llegó, aunque llegó el mismo día que la policía detuvo a Raúl Bravo en un hotel de Madrid, el 28 de mayo pasado

Dimitrios Sioungaris, un ciudadano griego, estaba en casa de Raúl Bravo y salió por piernas cuando la policía llegó. Se llevó una mochila negra y se metió en un hotel cercano. Cuando los investigadores le encontraron, les dio la mochila. Dentro había más de 54.000 euros en billetes. Dimitrios dijo que no lo sabía, que solo era un desempleado griego y le habían hecho un encargo.

Esa conexión griega no es casual. La operación de la policía también tiene un nombre griego: oikos, algo así como la familia o el grupo, o el clan. Raúl Bravo jugó en un importante equipo griego: el Olympiakos, y acabó siendo segundo entrenador de otro, el Aris de Salónica. Los investigadores creen que allí pudo aprender algo del negocio de las apuestas clandestinas. Por otro lado, queda pendiente de seguir la vía italiana. Hemos empezado diciendo que Carlos Aranda tenía un socio en sus salas de apuestas que es italiano, un tipo que llevó a Italia 90.000 euros del ex futbolista español ocultos en una maleta. Matteo Mariotti, que así se llama, habla en las grabaciones de una casa de apuestas clandestina en Italia y de la participación en ella de Ciro Immobile, un delantero que jugó en el Sevilla y ha sido internacional de la selección italiana.

No sé si nos hacemos una idea de lo que mueven las apuestas deportivas, en el fútbol también pero se apuesta a cualquier cosa.

Las apuestas legales, las que se hacen en España pueden ser de dos tipos. Están las apuestas online, por internet. Piden el DNI, dirección o teléfono, pero nunca se comprueba si quien apuesta es realmente la persona de la que se dan los datos. Luego, se puede cobrar a través de una pasarela como paypal.

También están las apuestas presenciales, en persona. Son las más usadas por las mafias de apuestas. No hay registros ni queda rastro de quién apuesta ni de lo que gana.

En los locales de apuestas, por ejemplo, si vamos con nuestro DNI y una vez que comprueban que somos mayores de edad y no estamos en la lista negra de adictos al juego, ya nos dan un pin para que apostemos todo lo que queramos durante 24 horas. Si hay un beneficio de más de 2500 euros saltan las alarmas, por eso los grupos organizados contactan con empleados de las salas o hasta son dueños de algunas, como Aranda, para que dividan los pagos en otros más pequeños y no se levanten sospechas.

Aranda asegura que una apuesta más o menos sencilla puede darte el doble de dinero. El contaba con apostar 10.000 euros a la victoria del Valencia en Valladolid, tanto en el descanso como en el final, e iba a ganar 20.000 euros, el doble. Podemos apostar a todo lo que queramos en un partido. Que un jugador verá una tarjeta amarilla, quién marca los goles, quién lo hace primero, cuántos corners va a haber... Es un campo de negocio casi infinito.

Y aún nos falta el más importante. Las casas de apuestas en los Balcanes y sobre todo en Asia no ponen límites a las apuestas. Una persona puede meter todo el dinero que quiera al Valladolid-Valencia, por ejemplo. Y no queda registrado su nombre ni la cantidad. Para eso hay una serie de intermediarios que lo hacen guardando el secreto más absoluto. Ahí, las ganancias se disparan y eso es lo que está investigando la policía española: cuánta gente, además de ellos, ganaba dinero con los amaños de Aranda y Raúl Bravo, cuánto dinero ganaron ellos, y si había capos mafiosos lejanos dirigiendo todo el asunto.

Y no solo es el fútbol, en esta investigación Aranda habla de un partido de tenis nada menos que en el torneo de Wimbledon. Aranda presume en otra grabación de que sabe el resultado de un partido de dobles que juega el 5 de julio de 2017 la pareja española Feliciano López y Marc López. Llama a su amigo Nacho y le asegura que van a perder. Y que quiere el 50 por ciento de todo el dinero que se gane con esas apuestas. Lo cierto es que Feliciano y Marc perdieron aquel partido contra los australianos Reid y Smith. También es cierto que Feliciano andaba con molestias desde el día anterior.

El tenis es un deporte donde hay varias investigaciones por apuestas. Se habla de un amaño perfecto que se está dando en ese deporte, sobre todo de jugadores modestos. Nos contaban los investigadores que saben de esto que hay últimamente una forma de amañar partidos de tenis que deja tranquila la conciencia de casi todos. Dos jugadores acuerdan participar en un amaño y ganar dinero. Pactan que el primer set lo gana uno de ellos; el segundo set lo gana el otro. Ahí ya se han producido las apuestas y las ganancias. El tercer set, el definitivo, no se pacta, se juega a muerte, que gane el mejor. Y eso permite que los dos deportistas se sigan sintiendo limpios y ganen un buen dinero.