Jubilación flexible y "jubilación reversible" parecen referirse al mismo concepto, aunque ahora desde el Gobierno prefieren utilizar el último término. Según ha anunciado Borja Suárez, secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, el Ejecutivo está trabajando en este tipo de jubilación para que incentivar que los pensionistas puedan volver a trabajar.
El Gobierno se comprometió a analizar los requisitos de esta "jubilación reversible" para incentivar esta modalidad, siempre voluntaria, dentro del pacto alcanzado el verano pasado con las patronales CEOE y Cepyme y los sindicatos CCOO y UGT, con las que han estado meses trabajando en un borrador que trascendió hace unas semanas. La intención del Gobierno es comenzar ahora la tramitación de ese texto para impulsar esta opción minoritaria en España.
Según el borrador, se habría planteado elevar del 25% actual al 40% el porcentaje mínimo de jornada necesario para la jubilación reversible, a la vez que propone subir la cuantía de la parte de pensión que se sigue recibiendo en hasta un 20%.
Para poder optar a esta modalidad, deberán haber transcurrido "al menos seis meses" desde que el trabajador, una vez jubilado, decida reincorporarse al mercado laboral con esta opción para poder recibir incentivos.
El documento elevaba los porcentajes de jornada que debe realizar el que opte por esta modalidad de jubilación y que pasan de entre el 25 y el 75% a ser de entre el 40 y el 80%. Es decir, que el jubilado que decida optar por esta opción deberá realizar un trabajo a tiempo parcial entre esos porcentajes, y en función de las horas de trabajo se minorará la pensión en términos equivalentes con el salario percibido. En el caso de esperar seis meses para volver a trabajar, se recibirá un incentivo sobre la parte de pensión que se siga cobrando.
Cómo queda la cuantía a percibir
La cuantía de la pensión a percibir será un 20% superior en el caso de que la jornada parcial sea entre el 60 y el 80% de una completa, y un 10% superior si la jornada es de entre el 40 y el 60%.
En la propuesta, esta modalidad de jubilación se hace compatible con los incentivos a la demorada, que suponen incrementos de la pensión o el pago de una cuantía única en función del tiempo que se retrase la salida definitiva del mercado laboral.
Jubilaciones demoradas
Estas jubilaciones demoradas representan ya el 11,4% del total de las nuevas altas, frente al 4,8% que suponían en 2019. Como resultado, la edad media de acceso a la jubilación se sitúa en 65,2 años, frente a los 64,4 años de 2019 y, solo en lo que va de año, el crecimiento interanual frente al acumulado en mayo de 2024 muestra un crecimiento del 25,3% para las jubilaciones demoradas.
El responsable del departamento de Seguridad Social ha dicho que del total de personas que solicitan acogerse a esa modalidad de jubilación, el 75% son autónomos y, a su vez, el 81% son hombres.

