TERRITORIO NEGRO

Así fue la caza de Pompeyo, el Unabomber español: cronología de la operación que llevó hasta el jubilado de las cartas bomba

Manu Marlasca y Luis Rendueles cuentan en Territorio Negro cómo fue la operación que llevó hasta la detención de Pompeyo, el jubilado que envió las cartas bomba a Pedro Sánchez y varios organismos.

👉 Prisión sin fianza por terrorismo para el jubilado detenido por las cartas bomba

👉 Todo lo que se sabe sobre las cartas bomba que han llegado a Madrid y Zaragoza

ondacero.es

Madrid | 30.01.2023 17:37

Imagen del jubilado detenido por las cartas bomba. / Foto: EFE

Ha sido una auténtica caza del hombre. La búsqueda del Unabomber español, el tipo que había enviado seis paquetes con explosivos al presidente del Gobierno, la ministra de Defensa y otros cuatro lugares más entre noviembre y diciembre. En el Territorio Negro, Manu Marlasca y Luis Rendueles nos cuentan cómo la Brigada de Información de la Policía de Madrid llevó a cabo la operación para poner cara a ese fantasma que resultó ser Pompeyo González, un jubilado de Miranda de Ebro, en Burgos.

Todo comienza con la llegada de sobres con explosivos artesanales a seis lugares muy concretos, muy elegidos. El primero llega a La Moncloa, va dirigido a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, el 24 de noviembre. Dentro hay una caja de madera y un explosivo artesanal. Sobres iguales llegan después al ministerio de Defensa, a la embajada de Estados Unidos en Madrid, al Centro de Satélites de la base militar de Torrejón de Ardoz, a la empresa Instalaza en Zaragoza y a la embajada de Ucrania en Madrid. Este último sobre explota cuando uno de los empleados de seguridad, Mykola, lo ha cogido. Le da tiempo a lanzarlo al aire antes, pero aun así queda herido en una mano.

Operación Konvert: ¿por qué la bautizan así los agentes?

Así empieza la Policía Nacional la operación 'Konvert', ¿Por qué la bautizan así los investigadores de la Brigada de Información de Madrid?

Konvert significa sobre en ucraniano. Los envíos, que tienen una mano común, son para castigar a personas, países o empresas que defienden a Ucrania ante la invasión rusa. La investigación se encarga a la Brigada de Información de Madrid, de los que hemos hablado aquí alguna vez, son parte de la élite de la policía, hicieron por ejemplo la operación contra los falsos vacunados del Covid, alguno, que es también escritor, ha estado aquí incluso en este territorio.

Los investigadores cuentan con tres sobres que se recuperan, que no explotan. Son los de La Moncloa, la embajada de Estados Unidos y la base de Torrejón de Ardoz. Logran recuperar ADN en los sellos y también dentro de varios de los artefactos explosivos caseros. Ese ADN corresponde a un hombre, pero es un hombre que no está fichado, ni en España ni en otros países a los que se consulta.

El Unabomber español: solitario y con conocimientos de explosivos

A partir de ahí, hay varias teorías, se traza un perfil psicológico de ese hombre, se analiza su escritura, su caligrafía, solamente ha escrito las direcciones, eso sí, exactas, pero con regleta y molde. Hay quien habla de espías rusos y tramas internacionales, pero los investigadores están convencidos de que se enfrentan a un Unabomber español, un tipo maduro, solitario, con ciertos conocimientos de explosivos, que debe ser un manitas, y saber algo de informática también. Posiblemente viva solo y tenga todo el tiempo del mundo, como aquel Theodor Kaczynsky, el Unabomber original, que tuvo en jaque al FBI durante 18 años hasta que fue detenido en su cabaña.

Y la investigación continúa. Los policías siguen cuatro líneas paralelas, pero la primera dificultad es que Correos no funcionó bien, y no es la primera vez. Los sobres con explosivos pasaron por el escáner y nadie los vio. Pero como hubo tres que se lograron recuperaron, en ellos se vio que tenían el mismo matasello, el código 47. Es el código de la CTA de Correos de Valladolid, la central de reparto por la que pasan todos los sobres que se envían desde Galicia y todas las provincias de Castilla y León excepto los de Soria. La policía repasa las cámaras de seguridad de esa central de distribución de Correos en Valladolid y recupera los sobres que, en efecto, se colaron por el escáner sin ser vistos los días 21, 28 y 30 de noviembre.

Cinco sellos de las cartas eran iguales y uno diferente. El que se envió a Pedro Sánchez era un diseño premiado en un concurso de Correos, en homenaje a los cuidadores de la pandemia, obra de un arquitecto valenciano. Esa pista no llevaría a ningún sitio. Los otros sobres bomba llevaban sellos del monte Santa Trega, un castro prerrománico de la provincia de Pontevedra. Son sellos que se vendían por 2 euros con 70. Se tiraron unos 135.000 sellos así, que se vendieron en estancos de toda España. Se piden las listas de todos los puntos de venta, especialmente ya de Galicia y Castilla y León.

Los sobres con explosivo se envían a direcciones exactas. La de La Moncloa o el ministerio de Defensa pueden ser más conocidas o conseguirse por varios medios; lo mismo puede ser con las embajadas en Madrid de Estados Unidos o Ucrania, pero hay dos víctimas en esta historia, dos direcciones que no son públicas digamos, la del centro de satélites de la base de Torrejón de Ardoz, y la de la empresa Instalaza, en Zaragoza, una empresa de armas.

Los agentes deducen que el hombre que ha enviado los sobres explosivos ha tenido que consultar la dirección exacta de al menos esos dos lugares por internet, con lo que ya consiguen otro listado de IPs, de ordenadores de interés.

Y la cuarta pista son los sobres. Una pista que parecía muy difícil, pero que va a ser decisiva: los sobres son todos iguales y todos muy característicos. Tienen un formato DIN A5. Los investigadores se hacen expertos en sobres. Saben que la mayoría de los que se venden en España tienen origen chino y acuden al polígono Cobo Calleja, en Fuenlabrada, lugar de entrada de casi todas las mercancías chinas en Madrid. Y de donde salen sobres para casi toda España. Allí, los expertos chinos de los 14 almacenes que traen sobres les dicen que ellos no trabajan esos sobres, ese material.

Los expertos chinos les explican que hay una empresa española que les hace la competencia. Es una empresa que compra sobres en China y los vende por internet, solo por internet, una empresa española que tiene su sede en Vilafranca del Penedés, en la provincia de Barcelona. Los investigadores acuden a la empresa, que se porta maravillosamente y les da la lista de clientes de todo el año 2022.

Las pistas conducen a Pompeyo, jubilado de 75 años

Ya tienen las cuatro líneas de la mano, las cuatro carreteras. Y hay varios nombres que salen en dos o tres de ellas, son seis hombres de interés, que pasan a ser vigilados. Y de esa media docena de candidatos el que va cogiendo color como dicen los policías es un jubilado de Miranda de Ebro, en la provincia de Burgos: es el más viejo de todos, tiene 75 años y vive solo, dentro de la zona desde la que se enviaron los sobres con bomba. Se llama Pompeyo González, fue funcionario, técnico informático, del ayuntamiento de Vitoria, y se jubiló en el año 2014. La empresa de sobres ya ha revelado que Pompeyo cobró 25 de esos sobres tan especiales a primeros del mes de noviembre.

Los investigadores descubren que entre los meses de junio y julio, este jubilado había comprado por Amazon todo lo necesario para fabricar y enviar los explosivos, empezando por un kilo de nitrato potásico puro, una broca, cable con mecha, interruptores, filamentos… Hasta las pegatinas o etiquetas adhesivas en las que había escrito las direcciones de los lugares donde envió los sobres también las compró por Amazon.

Los policías comienzan a vigilarle, a no perderle de vista. Le siguen a todas partes. Descubren que es un tipo solitario. Un tipo de costumbres que cada mañana prácticamente a las nueve y media sale de su casa y va a la tienda de Leroy Merlin, donde pasa entre media hora y tres cuartos de hora. A veces pasa por un bar y toma algo, pero no tiene un grupo de amiguetes ni echa la partida. Vive solo, está soltero, no tiene hijos; tiene hermanos, pero no tiene relación con ellos.

El análisis de la basura, esencial para el caso

Y como su vida diaria y sus hábitos no dicen nada elocuente a los policías, van a buscar a un lugar que siempre da pistas sobre cómo somos y quiénes somos: la basura. El análisis de la basura ha sido fundamental en decenas de operaciones antiterroristas. Aquí, también. Durante varias noches se espera a que Pompeyo, un tipo ordenado y rutinario, un hombre que fue soldador y sepulturero antes que funcionario, tire la basura para recuperarla y analizarla. Así, se descubre que está deshaciéndose de tornillería y de otros elementos que habría empleado para sus cartas bomba. El 18 de enero, convencidos de que es su hombre, los investigadores que hurgan en su basura se llevan una bolsa al laboratorio para recuperar ADN suyo y compararlo con el ADN de los sellos y los explosivos.

Ese ADN coincide, el jubilado de Miranda es el Unabomber español. Y se le detiene la mañana del 25 de enero, la semana pasada. Hasta ahora, Pompeyo se ha negado a declarar y le han enviado a prisión. Los policías que registran su casa ven diferentes objetos vinculados con el comunismo y la Unión Soviética, parece un jubilado nostálgico de ese régimen. Tiene un busto de Lenin, la imagen del Che Guevara en un llavero y en la habitación tiene dos posters de Dolores Ibarruri, La Pasionaria. También hay un libro sobre un anarquista vasco que fue internado en un campo de concentración después de la guerra civil, un recorte del diario de Burgos con la presentación de un libro en 2002, titulado Matar al Rey, recortes de periódicos antiguos, del periódico cubano Gramma, uno incluso de la época de la primera guerra mundial, de batallas ganadas por el ejército ruso entonces y algunos de la lucha entre el ejército soviético y las tropas de la División Azul enviadas por Franco y que lucharon en Rusia de la mano de los nazis.

Pompeyo, también youtuber: lo que encontraron en su domicilio

Pero este hombre no solo es un nostálgico, un jubilado, también es un youtuber y sabe moverse en redes sociales. Pompeyo tenía su propio canal de youtube, en el que básicamente dejaba constancia de su pasión por los aviones, el aeromodelismo, las motos y algunos episodios de la guerra civil, especialmente en Pancorbo, en Burgos. También deja constancia de un viaje que realizó a Canarias. La policía ha descubierto que estuvo también en Sevilla, Valencia y Madrid. Se movía mucho y tenía algo más de 14.000 euros en su casa cuando fue detenido.

Parece un caso de autoadoctrinamiento, como pasa a veces con los yihadistas. Pompeyo tenía la ideología y la nostalgia, también conocimientos de informática y era un manitas. Están pendiente de analizar en profundidad sus relaciones por redes sociales. Sí se sabe ya que consumía bastante basura por internet, como los órganos de bulos del régimen de Putin -Sputnik, Russia Today- y especialmente canales de Youtube venezolanos que son droga dura. Utilizaba también el VK, que es el Facebook ruso, y están pendientes de analizar sus contactos y sus amigos allí. También enviaba mensajes cifrados de extremo a extremo utilizando protonmail.

De momento, este jubilado está en prisión, acusado de hasta seis delitos de terrorismo. La policía sigue analizando todos sus movimientos y hay un par de datos inquietantes. Pompeyo tenía un dron, capaz de transportar y lanzar algunos objetos. Puede ser simplemente por su pasión por los aviones, pero hay que estudiarlo. Y un dato mas, en su casa se encontró un dispositivo, un iniciador, que está pendiente de ser analizado por los especialistas en explosivos, por si estuviera preparando nuevas acciones.