El 17 de octubre de 1771, el rey Carlos III creó el Gabinete de Historia Natural, que posteriormente derivó en la construcción del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que celebra su 200 aniversario. Hablamos con Borja Milá, investigador y vicerrector de exposiciones del museo.
Antes de ser inaugurado, en una época culturalmente potente gracias a la incidencia de la Ilustración en nuestro país, el interés por el conocimiento de las ciencias aumentó la curiosidad de la sociedad y la necesidad de crear un lugar para concentrar todas las exposiciones y el material que había disponible, la mayoría procedente de otros países.
Un proyecto que ha pasado por varias localizaciones
Según nos cuenta Milá, por aquel entonces, Carlos III encargó la construcción del Museo Del Prado con la idea de que fuera un Museo de Historia Natural. Con la invasión napoleónica la obra quedó interrumpida, hasta años más tarde, que Fernando VII lo destinó como pinacoteca.
Tras pasar por varias destinaciones, el museo actual, tal y como lo conocemos hoy en día, ocupa el Palacio de las Artes y la Industria de Madrid, aunque, según nos confiesa Milá: "no tenemos todo el edificio, compartimos el 30%".
La etapa oscura de la cultura europea tras la guerra
Con una historia convulsa a sus espaldas, el museo ha pasado por saqueos, traslados del edificio, robo de piezas, escasez de medios y abandonos, entre otros, lo que hace difícil escoger cuál ha sido la peor época para el museo. Según Borja Milá, "éste no es una excepción, ya que varios museos europeos comparten un recorrido similar". Especialmente trágica fue la época después de la guerra, que dejó el 'Museo de París' y el 'British Museum' cerrado por épocas.
Después de pasar estas etapas oscuras, el Museo Nacional de Ciencias Naturales pasó a formar parte del CSIC y se convirtió en pionero al acoger a todo tipo de visitantes.
