El verano es la época más calurosa del año, lo que tiene sus ventajas y desventajas. Las temperaturas tan altas que hay en los meses de julio y agosto pueden causar serios problemas en nuestro cuerpo, que muchas veces no está preparado para regular un calor tan intenso.
Estamos plenamente inmersos en la cuarta ola de calor, por lo que la probabilidad de poder sufrir un golpe de calor aumenta.
¿Qué es un golpe de calor?
Un golpe de calor es un trastorno ocasionado por el aumento de la temperatura del cuerpo como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas y humedad o el esfuerzo físico intenso en altas temperaturas. Cuando ocurre esto, el cuerpo humano tiene dificultades para regular su temperatura.
El cuerpo suele calentarse hasta temperaturas cercanas a los 40 grados o más. Los golpes de calor ocurren con más frecuencia en los meses estivales, cuando el sol cobra más fuerza y suben las temperaturas.
¿Cómo tratar un golpe de calor?
Lo primero que debemos hacer si sufrimos un golpe de calor u observamos que alguien los sufre es avisar inmediatamente al servicio de emergencias para que llegue a atender a la persona afectada a la mayor brevedad posible.
Sin embargo, también podemos tomar ciertas medidas que puedan ayudar a reducir los síntomas:
- Trasladar al afectado a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado.
- Ducharlo o mojar todo el cuerpo con agua fresca.
- Beber agua a pequeños sorbos.
- Que este quieto y descanse.
- Para reducir la temperatura corporal, ser recomendará retirarle algo de ropa, darle aire con un abanico o ventilador y utilizar paños con agua fría en la frente.
Al igual que podemos seguir una serie de pautas para tratar de reducir los males de un golpe de calor, también hay ciertos recursos que nunca deberás utilizar con una persona que esté sufriendo esto:
- No administrar medicamentos antifebriles.
- No friccionar la piel con alcohol, ya que, puede llegar a causar una intoxicación.
¿Cuáles son los síntomas de un golpe de calor?
Según protección civil, los síntomas más frecuentes de un golpe de calor suelen ser:
- Elevación de la temperatura corporal alcanzando o superando los 40º C.
- Palidez en la piel.
- Somnolencia.
- Alteración del estado mental, siendo los síntomas más graves las convulsiones o el delirio.
- Dolor de cabeza.
