Comienza abril la luna en su fase de cuarto menguante y cobrará protagonismo el lunes 8, cuando desaparezca del cielo como luna nueva.
Primero porque la cercanía con el perigeo, la menor distancia a la Tierra (que en esta ocasión son 358.850 kilómetros) provocará mareas más vivas de lo habitual.
Segundo porque sólo en esta fase lunar pueden darse los eclipses solares como el que se producirá ese día. Será eclipse total y visible en las horas centrales del día pero sólo desde una franja en Canadá, Estados Unidos y México. Detalla el profesor de Astronomía José Ripero que “algunas ciudades como Washington, Nueva York, Houston o Monterrey verán el sol eclipsado en un 90% de su superficie. La máxima duración será en la ciudad mejicana de Nazas, donde la totalidad durará 4 minutos y 28 segundos”.
Aperitivo de eclipse parcial desde España
Desde España tendremos un pequeñísimo aperitivo. Se verá como eclipse parcial en algunas de las Islas Canarias. La Palma podrá observar 10 minutos de eclipse, antes de la puesta de Sol. Finisterre, en A Coruña, disfrutará de 3 minutos de mordisco al sol al ocaso.
Y tercero porque con la puesta del sol del día 8 termina el mes de Ramadán, que comenzó el pasado 11 de marzo.
Continuando con el ciclo lunar, el lunes 15 estará nuestro satélite en cuarto creciente y alcanzará el martes 23 su fase de Luna llena, será la luna rosada.
Planetas tímidos en abril
Toda esta actividad lunar contrasta con la poca visibilidad de los planetas este mes de abril. Empezando por Mercurio, que alcanza su conjunción inferior el día 11 y desaparece de nuestro cielo. Cuando la supere su trayectoria por debajo del horizonte tampoco nos dejará observarlo ni en abril ni en mayo.
Venus este mes es para madrugadores que además sean rápidos, porque se asoma al horizonte este unos quince minutos antes que el Sol. Y toca despedirse porque llega a su conjunción solar y desaparece del cielo también en mayo y en junio.
Tampoco Marte nos va a dar una alegría este abril. Se deja ver al alba sobre el horizonte este sudeste, pero con un brillo débil, de magnitud 1,4 todo el mes.
Júpiter y Saturno sí se dejan ver
A si que nos quedamos con los gigantes gaseosos. Júpiter se posiciona sobre el horizonte oeste noroeste a la caída del sol. Comienza el mes en Aries pero cambia a Tauro a finales de abril. Disminuye de brillo pero aún así es el objeto más brillante del cielo vespertino con permiso de la Luna. Mantiene una magnitud de -2.
Y a Saturno lo recuperamos a partir del día 10 en Acuario con magnitud 1.1 y en el tramo final de la noche. No es el mejor mes para observarlo pero tenemos tiempo por delante hasta que llegue su oposición a mediados de septiembre.
Urano y Neptuno están a tiro de telescopio, no son visibles a ojo desnudo. El primero transita Aries, el segundo Piscis.
Este mes tenemos una lluvia de estrellas. Llegan las Líridas, restos del cometa Thatcher. Con máximo el 22 de abril y radiante próximo a la constelación de la Lira. No es una lluvia intensa (unos 18 meteoros por hora) y esta vez el brillo de la Luna lo pondrá un poco más difícil.
Un último dato. Del primer al último día del mes ganamos una hora y 14 minutos de luz. Disfrútenlos.
Y en ausencia de esa luz diurna, ¡felices estrellas!
