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Protocolo de Orihuela restaura las "Cuatro mazas de la ciudad" que datan del siglo XVII

La restauración, a cargo del joyero y orfebre oriolano Adolfo Valero Pérez, ha consistido principalmente en el desmontaje de las cuatro mazas, cambio del alma de madera, tapar y soldar diversas grietas, además de un baño de plata y pátina de envejecimiento

Onda Cero Vega Baja

Vega Baja | 11.07.2022 10:15

Protocolo de Orihuela restaura las "Cuatro mazas de la ciudad" que datan del siglo XVII
Protocolo de Orihuela restaura las "Cuatro mazas de la ciudad" que datan del siglo XVII | onda cero vega baja

La concejala de Protocolo, María García, junto con el joyero y orfebre oriolano Adolfo Valero Pérez y Técnica de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Orihuela, Mari Carmen Sánchez, ha presentado la restauración de las cuatro ‘Mazas de la Ciudad’, datadas del siglo XVII, de propiedad municipal, que ocupan un destacado lugar en la historiografía oriolana por su carácter social y marcado valor histórico. Las mazas son portadas por los maceros acompañando a la Corporación Municipal en diversos actos protocolarios, principalmente en procesiones cívico religiosas y actualmente se encuentran custodiadas en la Biblioteca Municipal María Moliner hasta que finalicen las obras del edificio del Ayuntamiento.

María García, ha destacado la excelente labor realizada por Adolfo Valero “es un orgullo contar en la ciudad con personas que puedan desempeñar este trabajo tan minucioso, que nuestro patrimonio esté en buenas manos y que lo pone en valor” y ha anunciado que “las cuatro mazas desfilarán por primera vez, tras su restauración, en la ofrenda de flores del próximo domingo. Con este trabajo queremos que las próximas generaciones puedan seguir disfrutando de estos elementos que llevan con nosotros del siglo XVII”.

Por su parte, Adolfo Valero Pérez, siente un inmenso orgullo por “haber tenido esta oportunidad y que el Ayuntamiento haya confiado en mí para poder restaurar las mazas”. Valero ha informado que “las parte más importante de restauración ha sido cambiar el alma de madera, que alguna de ellas había dilatado por la humedad y había roto la plata por fuera. Hemos terminado el trabajo de repujado, quitado todas las grietas que tenían las mazas, las hemos desmontado y hemos conseguido darle un baño donde no perdiera su parte de antigüedad y que se notara su valor histórico y se le ha dado un baño de plata con parte de rodio y paladio para evitar que se

envejezcan muy rápido”. El joyero ha dejado su firma y datado la fecha de restauración.

Mazas de la Ciudad

Las cuatro Mazas de la Ciudad datan del siglo XVII y está realizadas en plata utilizando la técnica del martillado y repujado. Las cuatro mazas son idénticas en tamaño y decoración. Constan de dos partes: la superior de forma globular achatada donde se repiten escudos dispuestos sobre cartelas en forma de pergamino timbradas con la corona real abierta, unos con las armas reales o de la corona aragonesa (en el campo del escudo aparecen cinco barras en lugar de cuatro) y otros con las armas de la ciudad, el riolero posado sobre un leño en posición andante y nimbado. La maza se remata con una replica del cuerpo de la maza.

La inferior, es un astil o mango de forma helicoidal separado en tres tramos por sendas molduras, la superior de mayor tamaño que las restantes. Se encuentra unido al primer cuerpo mediante una estructura circular, donde en una de las mazas se conserva la marca del platero restaurador JM.

Las mazas son portadas por los maceros acompañando a la Corporación Municipal en diversos actos protocolarios, principalmente en procesiones cívico religiosas. Tradicionalmente su uso le correspondía a empleados municipales vestidos con gramallas (vestidura larga hasta los pies con mangas de punta) llevaban también pelucas. Actualmente hay cambios en el vestuario y principalmente son empleados municipales los encargados de llevarlas en los actos. Figuran en el Inventario de Bienes Artísticos e Históricos de la Casa Consistorial.

Por uso continuo ya desde el siglo XVII (1629) se han llevado a cabo varias restauraciones, una de ellas se realizó en 1739 por el maestro platero oriolano José Martínez de Pacheco. En una de las mazas se conserva una marca que creemos que corresponde a sus iniciales JM. Este platero realizó una importante actividad profesional en la ciudad, destacan sobre sobre todo por los trabajos realizados en la Catedral de Orihuela.