El Ayuntamiento de València ha dado hoy el primer paso de cara a la creación en la ciudad de las primeras Zonas de Bajas Emisiones donde los vehículos más contaminantes –especialmente los diésel- tendrán restricciones de circulación: deberán pagar una especie de “peaje” a modo de penalización, o directamente no podrán acceder. La Junta de Gobierno Local ha autorizado a la Concejalía de Movilidad a iniciar con carácter de urgencia la tramitación de los contratos para implantarlas.
Estas zonas ya existen en muchas ciudades españolas y europeas. El vicealcalde y concejal de ecología urbana, Sergi Campillo, ha explicado que en València existe “cierta urgencia” para desarrollarlas porque la ley estatal de transición ecológica obliga a que en todos los municipios de más de 50.000 habitantes cuenten con alguna antes del año 2024. Campillo ha explicado que el Ayuntamiento aún no ha decidido cuáles serán los límites concretos de esas áreas de bajas emisiones ni las restricciones concretas, que se aplicarán en función de la antigüedad y el nivel de emisiones de cada vehículo. Pero a nadie se les escapa que el centro histórico tiene todas las papeletas para ser la primera zona de implantación.
Campillo ha recordado que el Gobierno de España ya ha autorizado que la implantación de estas Zonas de Bajas Emisiones en València sea financiada con 10 millones de euros con cargo a los fondos europeos Next Generation de reconstrucción postpandemia. La creación de estas áreas de circulación restringida irá acompañada de una ordenanza municipal que regule su funcionamiento.
