Ganar sin jugar bien tiene mérito y más si no estás acostumbrado, como es el caso del Barcelona. Tras una buena salida y buenos primeros 25 minutos de control y dominio y tras el gol de Dembele, la decoración cambió radicalmente y el Atlético de Madrid comenzó a dominar y mandar y hacer sufrir al Barcelona aunque no en demasía. Y es aquí donde destacó una faceta poco habitual en los azulgranas y fue su contundente defensa. Emergió aquí la enorme figura del central danés Christensen, descubierto por primera vez esta temporada como gran líder de la zaga, secundado por un enorme Araujo que va creciendo con el paso de los partidos camino de convertirse en un jugador importantísimo para el equipo. Con Kounde forman un triángulo Magico que puede darle muchísima seguridad al bloque desde atrás .
Fue lo que se suele denominar un triunfo de oficio. De sufrimiento y de mérito. Un triunfo de oro. Un triunfo que da tranquilidad y tiempo y que consolida y mejora una situación muy ventajosa en la liga. De mediocampo hacia arriba no hubo mucha fluidez y tan solo a rachas Pedri y Dembelé pusieron el peligro en el césped de los visitantes. Preocupante es la intrascendencia de Ansu un día más y sigue pasando el tiempo. Flojo y fallón Frenckie De Jong, y en general irregulares el resto. Es verdad que es susceptible de mejorar pero el hecho de que a estas alturas los de Xavi lleven 14 puntos al At de Madrid y otros tantos al resto de equipos que le Persiguen excepción hecha Del Real Madrid, unido al calendario de salidas que ya ha pasado el Barcelona, invitan a pensar en una situación muy ventajosa para afrontar la segunda parte de la temporada, a la espera de recuperar pronto a Robert Lewandowski.
Lo dicho fin de semana provechoso y moral para afrontar la Supercopa de España.