Señala Fernández que uno de cada cinco estudiantes de 14 a 18 años de Castilla-La Mancha apuesta dinero en juegos de azar y sin embargo menos de la mitad de los estudiantes (44,4%) manifiesta que se les haya informado de los efectos y los problemas asociados al juego online y a las apuestas.
Por eso, el concejal de Izquierda Unida considera necesario que estas campañas además de estar dirigidas a los jóvenes, lo estén a las familias, a la comunidad educativa, asociaciones, personal técnico municipal y a la población en general. Para ello, insta a que se apruebe la firma de un acuerdo económico con alguna entidad especializada para el óptimo desarrollo de esa campaña, y recuerda y agradece que los trabajadores de la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de Toledo estén ya trabajando en los centros escolares esta materia.
El portavoz de Izquierda Unida advierte que el juego patológico es un trastorno cuyas consecuencias suelen verse reflejadas en problemas académicos, laborales, económicos, sociales y/o legales asociados al juego. Y apunta que los jóvenes de entre 18 y 25 años son los que corren más riesgo de padecer trastornos. “Es un grupo de población especialmente vulnerable ya que es una generación que ha sufrido el impacto de varias crisis económicas, que está desarrollando su propia identidad y cuyos problemas en esas etapas primarias de la vida se pueden agravar o desplegar en la edad adulta”, alerta Txema Fernández.
Además, la mayoría de los jugadores (43% de los casos) apuesta para ganar dinero mientras que es menos habitual que lo hagan por hábito, costumbre o tradición y aún menos por diversión (9%). Por eso, lamenta el concejal de Izquierda Unida “no es extraño que en los barrios y localidades donde la renta es menor, sean donde más efectos negativos causen a través de las casas de apuestas”.
Y no lo basa en una apreciación personal, sino en datos. De hecho, el Estudio de Prevalencia de Juego 2022-2023, elaborado por la Dirección General de Ordenación del Juego del Ministerio de Consumo, alerta de que el perfil del jugador en España es cada vez más joven (un 22% de los jugadores es menor de 25 años) y la vía de entrada al juego es, mayoritariamente, presencial (lotería, casinos, etc).
Online
No obstante, preocupa el acceso a la modalidad online puesto que el 36,5% de los jóvenes de entre 18 y 25 años que ha jugado el último año ha participado en apuestas online y, de ellos, un 12,45% ha desarrollado síntomas de problemas con el juego.
Es más, en Castilla-La Mancha, los jóvenes de entre 14 y 18 años gastan en juego presencial en un día menos de seis euros, mientras que en online está entre seis y 30 euros. “Los estudiantes en estas edades, como sucede entre la población general, arriesgan más dinero dentro que fuera de internet”, remarca Txema Fernández, que también alerta de que, como reflejan los estudios, los menores pudieron entrar en el juego a través de internet dando una identidad falsa o usando la identificación de personas adultas.
Pero es que esta forma de acceder al juego genera efectos adversos en la población en general ya que que de los jugadores que afirman apostar en loterías de manera presencial, sólo un 1,5% muestra síntomas de problemas con el juego frente al 24,5% que los tiene como jugador de lotería online instantánea.
En cuanto a las máquinas de azar, los datos del Estudio de Prevalencia de Juego 2022-2023 también resultan preocupantes puesto que el 21,27% de quienes las usan en locales físicos y el 52,56% de quienes juegan a través de Internet presentan síntomas de juego problemático.
No olvida el concejal de Izquierda Unida hacer una especial referencia al sector de los videojuegos, en el que también se está introduciendo el juego con dinero a través de las llamadas ‘cajas recompensa’ o ‘loot boxes’. “Es una estrategia especialmente peligrosa si tenemos en cuenta que los usuarios y usuarias de videojuegos son básicamente menores de edad y adolescentes”, advierte Txema Fernández.
Por último, recuerda que en 1992 la Organización Mundial de la Salud reconoció la ludopatía como un trastorno, incluyéndolo en su Clasificación Internacional de Enfermedades.
