Según la sentencia, convirtió la vida de la víctima "en un auténtico horror y la convivencia en un infierno"

Condenado a más de 13 años de cárcel por maltrato habitual a su pareja

La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha condenado ha más de 13 años de prisión al hombre que estaba acusado de maltratar, lesionar e inducir al aborto a una mujer con la que convivió durante más de un año en las localidades de Pozuelo de Calatrava y Torralba de Calatrava.

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Ciudad Real |

El condenado, durante la vista oral que se celebró en la Audiencia de Ciudad Real | Onda Cero

Según la sentencia judicial, al hombre se le condena a 2 años, 4 meses y 15 días por un delito de maltrato habitual cometido en domicilio común, con la atenuante no cualificada de dilaciones indebidas. También dos delitos de lesiones, concurriendo la misma atenuante, por los que se le condena a 5 años de cárcel.

A esto se suma un delito de aborto, concurriendo la atenuante de dilaciones y la agravante de parentesco, y se le condena a otros 6 años de prisión. Y por último, un delito de maltrato, concurriendo atenuante de dilaciones indebidas, por lo que también se le condena a otros 7 meses de cárcel más

La Audiencia Provincial condena al acusado a indemnizar a la victima, en concepto de responsabilidad, con 103.000 euros. La sentencia no es firme y se puede recurrir en casación ante el Tribunal Supremo.

Recordar que durante el juicio, celebrado a finales de enero, la Fiscalía pedía 18 años de cárcel para el ahora condenado, la acusación particular solicitaba 26 años de prisión y la defensa la libre absolución de su cliente.

RELATO DE LOS HECHOS

Durante el tiempo que duró la relación, el acusado, según la sentencia, fue "de forma progresiva aumentando las actuaciones, expresiones y palabras con una clara intención de menospreciar, humillar, anular y denigrar a la víctima, que se vio absoluta y totalmente vejada y presa de los deseos del acusado".



El tribunal sostiene que si al inicio de la relación profirió hacia la víctima expresiones tales como "guarra, que no puedes ir sola al servicio, tonta, cara de mono, fea" y darle pequeños pisotones, en apariencia de broma, en tono de aparente juego y sin llegar a pegar fuerte, posteriormente, todo subió de tono en expresiones mucho más ofensivas y amenazantes.



En un trato, recoge la sentencia, que se convirtió en habitual y cotidiano, y que llevó al sentenciado a rociar a la mujer con gasolina, taparle la cabeza con una bolsa impidiendo su respiración y en ocasiones la sacó al balcón desnuda.



Todo ello, advierte la sentencia, convirtió la vida de la víctima "en un auténtico horror y la convivencia en un infierno, sometida de continuo a los deseos del acusado".



Éste, además, llegó a propinarle en determinados momentos de la relación golpes que obligaron a su entonces pareja a ser trasladada y ser atendida en varias ocasiones en centros de salud y, en alguna ocasión, tuvo que ser derivada al Hospital de Ciudad Real por la pérdida de consciencia.



En el curso de la relación, la víctima también se quedó embarazada, lo que fue intuido por el acusado que la instó a realizarse un test de embarazo que confirmó sus sospechas.



Tal situación fue inicialmente aceptada y asumida por el acusado, si bien al poco tiempo comenzó a tener dudas sobre la posibilidad de tener un hijo, de tal forma que en un momento determinado la indujo a abortar en un clínica privada.