La meteorología influye en muchos aspectos, también en los relacionados con la micología y la aparición de las diferentes especies de setas. De hecho, según los expertos de Micoaragón, la temporada ha comenzado en el Pirineo con buenas expectativas, ya que se ha contado con unas buenas condiciones de humedad y temperatura, algo que no se ha registrado en el resto de Aragón. Por lo que habrá que esperar más para salir al monte.
De momento, las especies que se han podido recolectar han sido la amanita caesarea, el rebollón (Lactarius deliciosus) o el boletus edulis. Precisamente, como indica Rubén Escribano, coordinador de Micoaragon, el rebollón es la más buscada por los amantes de las setas en otoño en prácticamente toda la comunidad, pero también lo es el boletus. En Aragón hay unas 20 especies y Escribano destaca que la comunidad es un “paraíso forestal” por la riqueza de hábitats que presenta.
Ante todo, es esencial saber que, cuando se sale al monte, hay que ser respetuoso y llevar a cabo buenas prácticas como, si no se conoce o no se está seguro de que una especie de seta pueda ser comestible o no, lo mejor es dejarla donde está porque tiene su función ecológica. Y en el caso que se tenga alguna duda y se recolecte, es recomendable ponerse en contacto con un experto o una sociedad micológica. Rubén Escribano indica que lo mejor es no ingerir ni manipular porque pueden ser tóxicas.
Desde Micoaragon tienen habilitado un Observatorio Micológico que ofrece información de las zonas que están más activas, las especies que se pueden encontrar en cada espacio y si hay saturación de recolectores, además se actualiza con previsiones a una semana vista de cómo está la situación para poder planificar la salida. Se trata de un programa en el proyecto Fungiverso, financiado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y que es posible también gracias a la colaboración ciudadana.
