El Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca atendió el año pasado, a través de sus programas, a 303 personas, frente a las 251 de 2019. Un aumento consecuencia directa de la pandemia, así lo ha indicado ha asegurado la responsable de Programas del Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca, Elena Palacio.
La memoria refleja un aumento del consumo de alcohol, con motivo de la pandemia, entre personas de diferentes edades y un incremento en la edad de inicio.
La pandemia también está detrás del aumento del juego y del aumento del uso de las Redes Sociales, entre adolescentes. Por contra, la memoria ha detectado una disminución del consumo de cocaína y de estimulantes.
El Centro de Solidaridad ha tenido que adaptar su forma de trabajar y si en 2019 trabajaba con 17 centros escolares de la provincia, en el 2020 lo ha hecho con 8, en los que ha intensificado la atención por la dificultad emocional, desánimo y desmotivación que se ha detectado en muchos jóvenes a raíz de la pandemia.
