Dentro del mundo del flamenco y del cante, probablemente la artista barcelonesa Mayte Martín sea una de las figuras más polifacéticas y atrevidas: desde que la fascinación por la música y el quejío le invadiese cuando era una niña, la artista ha publicado nueve álbumes en los que se ha atrevido con el bolero, el flamenco y otras expresiones del folklore de diferentes países del mundo. Su último álbum, "Tatuajes", reúne el espíritu de todos estos estilos y homenajea a las canciones que, por su capacidad de emocionarnos, se quedan marcadas en nuestra piel.
Una carrera muy particular
Jaime Cantizano, precisamente, ha preguntado a Martin sobre su capacidad para enfocar su carrera de la forma en la que lo ha hecho, sin seguir ningún camino establecido ni obedecer a nadie. Para Martín, resulta fundamental "decidir, escoger por qué camino diriges tu vida y tu funcionamiento", que afirma: "La función de la libertad la tenemos todos los artistas, otra cosa es lo que hagamos con ella".
En su entrevista, Martín también ha reflexionado sobre la relación entre los artistas y el arte: "La obra manda", afirma Martín, que añade que "los artistas somos vehículos". Para la cantante, el artista está al servicio de la obra y del arte, que está por encima del ego y de la personalidad del artista: "Tenemos que estar agradecidos de tener el don de comunicar y compartir el arte", afirma la música en su entrevista en "Por fin no es lunes".
Todos los mundos que contiene "Tatuajes"
En el caso de "Tatuajes", Martín está al servicio de numerosas tradiciones musicales: la copla, la bossa nova, la canción chilena, el folclore argentino... "Hay 12 micromunditos ahí conviviendo en 'Tatuaje'", explica la artista, que confiesa que no se dio cuenta de la variedad en la selección de estilos hasta que finalizó la obra: "Realmente voy navegando entre géneros que son, entre sí, muy muy distintos", ha afirmado la cantante.
En la entrevista ha habido tiempo también para repasar la carrera de Martín y su afición con la música, que se remonta a cuando tenía 10 años: "Solo música había en mi cabeza, en mi corazón y en mi interés", ha explicado la cantante, que agradece que sus padres no le permitiesen cobrar nada por cantar hasta los 18 años; esto permitió que la cantante se pudiera tomar su tiempo para aprender y evolucionar sin la presión de la industria.
"Es maravilloso hacer tu recorrido y hacer tu aprendizaje sin tener la necesidad de tomar atajos", ha confesado la cantante, que agradece que sus padres establecieran esa norma.
El arte de la recreación
"Una de las cosa más bonitas es la recreación de las cosas que ya están creadas", afirma la artista, que en muchas ocasiones ha versionado temas de otros músicos que le han inspirado: para Mayte Martín, la versión es una labor muy bonita en la que hay que tener mucho cuidado y ser muy sutil para conseguir resultados fieles e interesantes. "Yo también he tenido la necesidad de componer mis cosas", ha afirmado la artista, que afirma que escribe sus temas para ella misma, respondiendo a la necesidad de expresarse.
"Nunca pienso en el fruto de nada", confiesa Martín, que concluye: "Simplemente disfruto de lo que cada cosa me da y de lo que puedo poner en cada cosa".
