Los túneles ocultos en la cárcel de Alcatraz

Poco sería más impropio para una cárcel que una red subterránea de túneles de la que no se conociera su existencia. Pero, desde el origen de los tiempos, la realidad mantiene la costumbre de sorprendernos. Y resulta que acaba de descubrirse que el presidio más icónico de la historia esconde en sus entrañas un intrincado recorrido de pasadizos.

Alcatraz fue concebida como una cárcel de máxima seguridad.Fue conocida como La Roca, en lo alto de una isla, en la bahía de San Francisco. Una isla que fue símbolo máximo del asilamiento. Como presidió civil funcionó entre 1934 y 1963, durante un periodo que no llegó a 20 años. No estuvo abierta mucho tiempo, pero sí el suficiente para ser el resorte de unas cuantas inspiraciones cinematográficas. Y todavía hoy perdura el aroma legendario de ese lugar conocido como Alcatraz.

Un grupo de arqueólogos de una universidad de Nueva York ha identificado una serie de estructuras subterráneas que pertenecen a una antigua base militar del siglo XIX. Y sobre esa plataforma antigua fue construida la cárcel. Los investigadores han empleado radares y escáneres láser; y, a partir de los datos obtenidos han hecho una reconstrucción de imágenes en 3 Dimensiones. Así han sabido que bajo el patio del presidio, hay pasadizos repletos de túneles y conductos de ventilación. Es una construcción de ladrillos y mampostería que se utilizaba para levantar defensas costeras en el siglo XIX. Esos restos han permanecido ahí durante todo el tiempo, a pocos centímetros de la superficie y conservados casi intactos. Puede por tanto decirse que bajo los pies del patio de Alcatraz había un camino hecho para intentar la fuga.

Aunque, lo que ahora hemos sabido es que el túnel ya estaba hecho. Alcatraz era una cárcel federal a dónde se llevaba a lo peor de lo peor. Es lo que se decía en aquellos años. Y se supone que los únicos tres presos que habrían logrado escaparse pasaron meses cavando un túnel con cucharas. Según documentos oficiales del FBI, los hermanos Anglin y Frank Morris hicieron una balsa inflable con sus impermeables y saltaron al agua en algún momento de una madrugada de junio del 62.