Este fin de semana se han producido varios saqueos en almacenes de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados en Palestina, en el sur de Gaza, y también en los del Programa Mundial de Alimentos. Desde estos organismos advierten de que esto es una señal evidente de que el orden civil se está resquebrajando en Gaza.
En las tres primeras semanas de ofensiva israelí, el número de muertos palestinos supera los 8.000, según las cifras que manejan las autoridades de Gaza, en manos de Hamas. Por otro lado, no menos preocupante es lo que está ocurriendo en la Cisjordania ocupada, donde se vive la mayor espiral de violencia desde la segunda Intifada, de 2000 a 2005.
Hasta ahora, 118 palestinos han muerto desde que comenzó el enfrentamiento con Hamas; los últimos cuatro esta misma noche en el campo de refugiados de Yenin, que Israel considera que es el mayor foco de terrorismo en la Cisjordania.
Las tropas israelíes destruyen casas en Cisjordania sin un objetivo concreto
La coordinadora de Médicos Sin Fronteras en el campo de refugiados en Yenín (Cisjordania), Irene Huertas, explica que esta noche han entrado tropas israelíes y, como ayer, "han rodeado la ciudad y handisparado por todos lados".
Sin embargo, la novedad que no habían realizado hasta ahora ha sido "entrar en un montón de casas y destruirlas por destruirlas", sin motivo u objetivo aparente. El ejército de Israel ha utilizado bulldozers para destruir viviendas, algunas donde vivían enfermeros del campo de refugiados.
Los soldados les habían sacado de sus casas y les habían dicho que se fueran
En un momento dado, los camiones israelíes han llegado a la rotonda de entrada del campo de refugiados donde había una escultura de un caballo hecha por los refugiados del campo con los materiales de una ambulancia destrozada por un ataque israelí en 2002.
"Han llegado, la han destrozado y la han ido llevando por toda la ciudad de Yenín para demostrar que el ejército puede destruir esas cosas", dice Huertas sobre la escultura, mientras se pregunta cuál es el objetivo táctico que hay detrás de eso.
Por fortuna, la situación en Cisjordania es algo mejor que la que se sufre en Gaza y "no hay ataques indiscriminados", sostiene. Sin embargo, esta noche han llegado muchas ambulancias al campo de refugiados con familias con niños pequeños porque "los soldados les habían sacado de sus casas y les habían dicho que se fueran". La mayoría tendrán que ser realojadas por vecinos y familiares en los próximos días.
Pánico en los hospitales por los avisos de evacuación
Desde Gaza es mucho más complicado tener información de lo que sucede, pues hay muchos cortes de electricidad e impera la propaganda por ambas partes. Ayer consiguieron hablar con sus compañeros de Médicos Sin Fronteras que están en Gaza y les informaron de que, desde la incursión terrestre el norte está más amenazado.
Además, los hospitales reciben continuamente avisos de evacuación más tajantes, pero están atestados de personas y no se puede hacer nada. "Esos avisos, sabiendo que no se puede hacer nada, que es imposible desalojar a 50.000 personas, lo que genera es todavía más pánico", denuncia Huertas.
Gran tensión por la escasez de comida y agua
Por último, otro de los cambios que se está notando en Gaza desde la incursión del ejército de Israel es la escasez de comida y de agua. Hasta ahora había solidaridad entre unos y otros, pero "ya empieza a haber una gran tensión en la propia sociedad y se están atacando lugares", finaliza.
