Territorio Negro

El puzle criminal detrás del intento de asesinato de Alejo Vidal-Quadras

ondacero.es

Madrid | 27.11.2023 16:31

El puzzle criminal detrás del intento de asesinato de Alejo Vidal- Quadras | Foto: Diego Radamés / Europa Press

Se pensaba que ya se había acabado con los atentados contra políticos españoles, algo que fue terriblemente habitual durante los años del terrorismo de ETA. Sin embargo, el 9 de noviembre, hacia la una y media de la tarde, Alejo Vidal-Quadras que fuera líder del PP catalán, diputado en el Parlamento europeo y fundador de Vox, volvía caminando hacia su casa de Madrid cuando un hombre, sin mediar palabra, le disparó en la cara. La escena grabada por los vecinos poco después es terrible. Vidal-Quadras está de pie, herido pero consciente. Un vecino le ayuda a taponar la herida de la bala, otra vecina llama a la ambulancia.

Son esos momentos de confusión que siguen a un crimen, a un intento de asesinato nada menos, en plena calle, a la luz del día. Los vecinos hablan ahí de que ha sido un hombre que se ha ido en una motocicleta. El propio Vidal-Quadras, con un coraje increíble, ya les apunta la posibilidad de que el tipo vuelva a rematarlo, a terminar el trabajo.

El tipo no va a volver. Vidal-Quadras tiene un disparo en la cara. Lo van a trasladar al hospital. Y muy pronto empieza a colaborar con la policía en las investigaciones

La Policía Nacional lo bautiza como operación Tercio. Y sí, ya en el hospital, Vidal-Quadras, que ha salvado su vida milagrosamente porque al ver a un tipo con un casco de moto puesto dirigirse hacia él y sacar algo, el arma, ha tenido tiempo de girar un poco la cara. La bala le entra y le sale por los dos lados del rostro, lo que hace digamos más fácil el trabajo de los médicos y menos graves sus heridas.

Ya en el hospital, Alejo Vidal-Quadras, que no puede hablar, lógicamente, pide su teléfono móvil y escribe un mensaje para los policías que están allí. En esos momentos tan críticos, escribe en el teclado de su teléfono dos palabras: "Régimen iraní". Porque Irán, el régimen de los ayatolás, había declarado a Vidal-Quadras su enemigo. Le había declarado como "terrorista" incluso…

Vidal-Quadras fue muy activo y muy constante denunciando los abusos y los crímenes del régimen de Irán, especialmente durante su etapa en el Parlamento Europeo. No muchos diputados lo hacen, casi ninguno con su energía y su constancia. Trabó buenos lazos con un grupo llamado Consejo Nacional de la Resistencia Iraní, un grupo de opositores, casi todos residentes en Francia. Incluso, años después, ellos le dieron dinero para ayudarle a fundar Vox.

Irán considera terroristas a esos opositores exiliados y Vidal-Quadras estaba digamos señalado como enemigo de Irán. La cosa empeoró en septiembre de 2022, después de las protestas por la muerte de la joven Masha Amini, que fue detenida en su país por llevar mal puesto el velo y murió en los calabozos.

Esa chica murió el 16 de septiembre a manos de la terrible policía de la moral iraní, así se llama la unidad que la detuvo. Hubo muchas protestas en Irán, murieron cientos de personas y la Unión Europea emitió una serie de sanciones

Y al mes siguiente, en octubre, el régimen iraní anunció que sancionaba a doce personas y varias entidades de la Unión Europea, por ejemplo, el Grupo de Amigos a un Irán libre. Entre ellos estaba Alejo Vidal-Quadras y otros dos españoles más. El gobierno de Irán les acusó nada menos que de apoyar a grupos terroristas, incitar al terrorismo y propagar la violencia y el odio. Esa acusación fue repetida el pasado mes de enero. El régimen de Irán volvió a insistir a quien quisiera escuchar que Alejo Vidal-Quadras era un terrorista.

Es algo muy grave. Irán no hace ya llamamientos criminales directamente a matar, como la fatua que hizo contra el escritor Salman Rushdie en 1988, ahora son un poco más sutiles, pero cualquier señalamiento de ese régimen tiene que ser tomado en serio. Rushdie sufrió un atentado terrible en Nueva York en 2022, treinta y tres años después de esa digamos orden iraní. Irán negó tener que ver con el autor del ataque, que mostró desde prisión su respeto por el ayatolá, eso sí, admitió que ni siquiera había leído su libro, solo visto algunos vídeos en youtube.

No sabemos si este puede ser un caso similar. Pero sí había un contexto, digamos, esa presión que el régimen de Irán hace contra Vidal-Quadras y otras personas y organizaciones que están en la Unión Europea. Y el 9 de noviembre un tipo con un casco de moto le dispara en la calle. La Policía, claro, investiga si, como se teme la víctima, hay conexión entre una cosa y otra.

Eso es. La pista iraní, como la llaman. Se han mirado las actividades personales y también profesionales de Vidal-Quadras y hasta el momento no se ha encontrado nada que desvíe a la policía de esa pista, que sigue siendo la hipótesis principal. La Brigada de Información de Madrid y la Comisaría General han hecho un trabajo brillante que les ha permitido digamos empezar desde abajo y descubrir en menos de dos semanas que el atentado llevaba preparándose al menos desde el mes de septiembre, dos meses antes de que se cometiera.

¿Cuál es el primer dato que les lleva al mes de septiembre?

El hombre que dispara a Vidal-Quadras huye del barrio de Salamanca, en Madrid, conduciendo una motocicleta BMW. Va solo en la moto. Esa moto aparece ese mismo día quemada cerca de Fuenlabrada. El número de bastidor de esa moto conduce a su dueño, o más bien a la persona que tenía puesta esa BMW a su nombre. Es un joven de Mijas, en Málaga, había trabajado de camarero y de albañil, últimamente estaba en paro y resulta detenido.

Alguna cosa, aunque evidentemente no es chiita ni musulmán ni sigue al régimen iraní. Tiene 22 años y lo que ha contado es que le pidieron que pusiera esa motocicleta a su nombre el pasado mes de septiembre. Que viajó en un tren AVE desde Málaga a Madrid y que aceptó. Le dieron el dinero para pagar la moto y le pagaron 500 euros más por aceptar esa simulación. Que también le pidieron que pusiera el seguro de la moto a su nombre, que actualizara los papeles. Lo hizo y siguió con su vida, volvió a su tierra, en Fuengirola, donde fue detenido días después del atentado.

El juez que investiga el atentado lo ha dejado en libertad, es decir, no cree que supiera para qué se iba a usar la motocicleta. La policía tampoco cree que lo supiera. Lo que han descubierto es que en ese mismo tren AVE en que este camarero viajó de Málaga a Madrid lo hizo también un ciudadano francés de origen tunecino. Se trata del tipo que iba a usar la motocicleta para llegar al lugar, disparar a Vidal-Quadras y marcharse.

Ese tipo es un sicario, un asesino a sueldo, con una trayectoria conocida en Francia, su país y en otros lugares. Este sicario está buscado por Francia por haber sido el autor de un asesinato por encargo cerca de París. Tiene, además, unos cuarenta antecedentes por todo tipo de delitos en Francia. Después de disparar a Vidal-Quadras huyó de la zona y todo indica que ya no está en España. Sigue fugado y lo busca policía de media Europa y de algunos lugares de África.

¿Cómo se escapa este asesino a sueldo si quema la motocicleta fuera de Madrid para no dejar huellas?

Aquí interviene la tercera persona de este puzle criminal. Se trata de un joven español llamado Naraya Gómez, que nació en un pueblo de Granada que se llama Cáñar. Tiene 26 años, su padre era judío y él se crió en comunidades alternativas digamos de la zona de Granada. Pasó por un grupo hippie, se convirtió al islam y acabó vinculado a un grupo chiita de la zona de Las Alpujarras. Esta es la posible conexión con Irán. El islam tiene digamos dos ramas, dos corrientes que a veces se matan entre sí: los sunníes o sunnitas, el país más poderoso de esa rama es Arabia Saudí, y los chiíes o chiitas, el país principal de este régimen es Irán.

Lo que se sabe es que Naraya ayudó al sicario. Y lo ayudó mucho. La Policía ha descubierto que los dos estuvieron en Madrid vigilando a Vidal-Quadras, sus costumbres, sus horas de salida de su casa… La noche antes del atentado los dos, Naraya y el sicario, durmieron en el mismo hotel de Madrid. Y al día siguiente los dos fueron a cometer el atentado.

El sicario fue en moto y Naraya fue en coche. Los dos están en la zona y los dos huyen de ella. Queman la motocicleta en Fuenlabrada, y todo indica que el sicario se sube en el coche de Naraya y los dos se van de la Comunidad de Madrid.

Del sicario no se ha vuelto a saber nada. Y de este joven español converso sí, este hombre vuelve solo a su casa, o más bien a casa de su suegra. Naraya tiene desde hace un par de años una novia, una joven inglesa llamada Sasha, que en su momento fue modelo y ahora es abogada. Los dos vivían desde hace un tiempo en Lanjarón, un pueblo de la provincia de Granada donde tiene una casa la madre de la chica, que es la que los mantenía.

La novia de Naraya fue detenida y ha quedado en libertad. De momento no parece que supiera nada de los planes de su pareja. En teoría, los dos trabajaban para la empresa de la madre de Sasha, que asesora a personas, casi todas británicas, que sufren fraudes o estafas en España.

¿Puede haber sido Naraya el organizador de todo?

El juez ha enviado a prisión a este hombre, este seguidor del régimen iraní ¿Puede haber sido el organizador de todo? No parece que este granadino tenga capacidad económica para contratar a un sicario, ni tampoco sabemos qué lo conectó con un asesino a sueldo huido de Francia y escondido en la Costa del Sol. En este puzle puede haber más personajes. La Policía sigue investigando esa línea de al menos inspiración iraní y conociendo cómo trabajan pensamos que habrá algún detenido más.

No hay pruebas eso sí que conecten este atentado con el régimen de Irán. No sabemos si eso existe y va a ser muy difícil saberlo. Lo que está claro es que Irán marcó a Vidal-Quadras, lo señaló como terrorista. Eso, en ese régimen y con esos seguidores significa dar el visto bueno a cualquier castigo contra él, un visto bueno no político, también religioso.