Los hechos tenían lugar en una empresa en una nave industrial en el barrio de Ametzola, donde los agentes localizaron que cinco de los seis trabajadores se encontraban en situación irregular. Estos empleados declararon que recibían 200€ por jornadas de siete de la mañana a cuatro de la tarde, de lunes a domingo. Los empresarios amenazaban con informar a la policía para que aceptaran las condiciones.
Los empresarios han sido acusados de delitos contra los derechos de los trabajadores, además de fraude a la seguridad social, por las que las sanciones se elevan a 3.000€ por cada empleado sin dar de alta y 10.000 por los que no tienen permiso de trabajo.
