El 15 de octubre se celebra el Día Internacional de la Mujer Rural, una efeméride que desde la Asociación de Familiares y Mujeres del Medio Rural de Navarra (AFAMMER) aprovechan para alzar la voz y reclamar la igualdad de oportunidades para su entorno.
AFAMMER estuvo presente en la IV Conferencia de la Mujer de Beijing, donde consiguieron que "por primera vez la mujer rural contara con un día internacional para que su voz fuera escuchada por toda la sociedad".
Veintiocho años después, la asociación asegura observar como los pueblos "pierden habitantes" y cómo las mujeres a nivel global "tan solo son propietarias del 15% de la tierra".
Sin embargo, reconocen que se han producido "algunos avances que han hecho posible que hoy en España tengamos a la generación de mujeres rurales mejor formada de la historia".
Pero estos avances "son insuficientes para alcanzar la igualdad real de oportunidades", tal y como recalcan. Un reto con el que AFAMMER nació en el año 1982 y que sigue siendo su "principal motivación para seguir trabajando".
"Es necesario un conocimiento de la realidad rural de Navarra que sea preciso, actualizado y que, desde el enfoque de género, ponga de manifiesto las dinámicas preexistentes hoy en día en el medio rural", insisten desde AFAMMER.
Navarra tiene 675.285 habitantes, de estos 341.272 son mujeres y 334.013 hombres. El sobre envejecimiento, de las poblaciones rurales, así como la enorme dependencia que genera, constituyen junto a la masculinización dos elementos característicos del paisaje social de la ruralidad.
En Navarra, las mujeres de más 65 años son casi una cuarta parte de la población rural en los municipios de menos de 2.000 habitantes. En esas localidades, el 32,5% de los hogares son unipersonales y, de ellos, el 24,1% son mujeres mayores de 65 años, una cifra que se ha incrementado, lo que pone sobre la mesa el fenómeno de la soledad no deseada.
El transporte público, conexión a internet y servicios para cuidados son las necesidades más demandadas en estos momentos en Navarra.
Manifiesto por elDía Internacional de la Mujer Rural desde AFAMMER
- Un pacto a nivel global que acabe con las desigualdades entre lo rural y lo urbano, para romper con las desigualdades y la falta de oportunidades para las mujeres que ocasionan que sean ellas las primeras en marcharse. En España 2 de cada 3 personas que se marchan del campo a la ciudad son mujeres.
- Seguir fomentando la creación de empleo y el emprendimiento de la mujer rural para favorecer su inserción laboral, su empleabilidad y su inclusión social. Solo así será posible revertir la despoblación y el sobre-envejecimiento en las zonas rurales. España es el segundo país europeo con la tasa más alta de desempleo femenino rural, con 2,7 pp frente a los 1.1 pp de tasa de paro que tienen las zonas rurales de Europa. Es decir, por cada mujer rural parada que quiere trabajar, hay 0,79 hombres en la misma situación.
- Fomentar la conciliación y la corresponsabilidad en los hogares rurales. Que en gran medida es la gran culpable de expulsar a las mujeres del mercado laboral y de su infrarrepresentación en la toma de decisiones. Las mujeres rurales dedican 2 horas y 7 minutos al día más que los hombres a las tareas del hogar y cuidados. La desigualdad en conciliación supone un coste de 38.500 millones de euros, lo que equivale al 3,1% del PIB de 2019.
- Fomentar la presencia de la mujer en el campo para asegurar el relevo generacional de la agricultura y la ganadería.
- Seguir impulsando su liderazgo en la toma de decisiones de las cooperativas y organizaciones agrarias. Las mujeres tan solo ocupan un 12% en los puestos de decisión de las empresas cooperativas, un 9% de presencia en los consejos rectores y un 4% en la presidencia de las mismas.
- Dotar de infraestructuras y habilidades digitales a la población en zonas rurales, preferentemente mujeres para romper con la brecha digital entre el medio rural y el urbano que aún está presente. El 60% de los municipios rurales se encuentra en zonas de sombra, lo que significa que no cuentan con fibra óptica o en caso de tenerla es defectuosa o cara.
- Fomentar que las niñas y mujeres jóvenes rurales estén representadas en los estudios y carreras digitales, fomentará su inclusión en la economía digital y fomentará su participación en los estudios y carreras STEM.
- Tampoco nos olvidamos del bienestar de las mujeres rurales de más edad que viven en un entorno donde la ausencia generalizada de jóvenes aumenta el problema de la soledad no deseada. Una soledad que en la mayoría de los casos tiene nombre de mujer.
- Acabar con el silencio en torno a la violencia de género en los municipios más pequeños. La realidad de los datos nos dicen que el número de mujeres maltratadas que denuncian o verbalizan su situación disminuye en función del tamaño del municipio en el que viven: el 83,3% en las mujeres que viven en municipios de más de 100.000 habitantes; un 78,5% en municipios de entre 10.000 y 2.001 habitantes, mientras que en los municipios de menos de 2.000 solo denuncian el 66,9% de las víctimas.
- Mantener las alianzas que las mujeres rurales hemos construido para mantener vivo el legado de muchas mujeres rurales que han permitido que hoy podamos hablar de igualdad y de futuro.
