Entre quemarlo todo y ver un problema serio en Europa, o creer que no pasa nada solo porque el que te ha eliminado es un grande y millonario equipo europeo como es el Manchester United, debe haber, hay un término medio.
El Barcelona está dando pasos hacia lo que debe ser la grandeza del club en Europa. Está creciendo pero más lentamente de lo que la gente desea o casi todos imaginábamos.
Pero es más momento de ser crítico y exigente con el equipo que condescendiente. Tras la inversión realizada, fuerte inversión económica a comienzos de temporada toca empezar a exigir frutos y rentabilidad. Se ganó brillantemente la Superliga española pero se ha caído ya dos veces en Europa, con mal sorteo y fortuna pero eliminados a las primeras de cambio de ambas competiciones.
El Barcelona queda obligadisimo a ganar la liga y a luchar la Copa del Rey encarnizadamente.
Es verdad que siempre ha tenido bajas significativas y que en la Champions eran defensas y ahora son los medios titulares pero también tenía bajas el Manchester y la plantilla se confeccionó al comienzo de la temporada para estas contrariedades.
Ayer no fue un equipo infranqueable, en las bandas el United vio la debilidad defensiva del Barcelona donde Koundé estuvo muy desacertado. Igual que en ataque no aparecieron prácticamente un discreto Lewandowski, que lleva más de arena que de cal en los últimos tiempos y un negado Raphinha, irregular donde los haya e intrascendente en momentos muy importantes antes.
De Jong estuvo imperial y es una gran noticia de cara al futuro al igual que la solidez de los dos centrales titulares.
Es otra decepción para una afición que acudió en gran número a Manchester y que se merecía otro resultado, que no otra dolorosa eliminación.
