Economía

La inflación y la guerra retrasarán la recuperación hasta 2023

Aunque es difícil hacer previsiones, los economistas y CEOE prevén que la recuperación, incipiente en 2022, y lastrada por la guerra, la inflación, y otras cuestiones macroeconómicas, se retrasará a 2023.

Chema Catalán

Zaragoza | 11.05.2022 13:43

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Las buenas perspectivas iniciales en 2022, sustituidas por incertidumbre | Pixabay

Aunque 2022 se inició con buenas expectativas económicas en Aragón, el impacto de la onda epidémica de la variante ómicron, el aumento de la inflación y las consecuencias de la guerra de Ucrania han deteriorado la confianza de inversores y consumidores, retrasando la plena recuperación a 2023. Es una de las conclusiones del Boletín Cuatrimestral de Coyuntura Económica del Colegio de Economistas de Aragón, surgido de la colaboración con CEOE Aragón.

En un escenario marcado por las subidas de precios, BBVA ha rebajado su previsión de crecimiento este año al 2,9% en Aragón. Ibercaja, más optimista, cree que el PIB aumentará un 4,4%. CEOE también revisará a la baja sus previsiones a mitad de año.

Sube la inflación, sube la recaudación de la administración

José María García, miembro de la comisión de Empresa de CEOE Aragón, ha explicado que debido a la conjunción de “menor renta y más inflación, en los próximos trimestres habrá menor consumo, que es de los principales motores del PIB. Por lo tanto es una llamada de alerta de lo que puede suceder”.

El aumento de costes está reduciendo de forma preocupante los márgenes de las empresas. En cambio, la administración está recaudando más, por lo que García aboga por reequilibrar la situación. “Tanto los márgenes empresariales como la renta se deteriora, solo crecen los impuestos. Se recaudan en términos nominales si la inflación sube y por eso sube la renta de las administraciones públicas". “Habría que equilibrarlo de alguna forma para que el deterioro no sean tan grande en el sector privado”. Eso reactivará la inversión en empresas y la creación de empleo.

CEOE cree que para contener la inflación, el peso del Pacto de Rentas que se plantea en la escena nacional debe recaer en todas las partes implicadas, tanto en los trabajadores – asumiendo menores aumentos salarios – como en las empresas – asumiendo menores márgenes – pero también en la administración.