La sesión del martes con el interrogatorio de los acusados se trasladará a la Sala Antonio Angulo del edificio judicial de La Caleta, que es mucho más grande que la sala de vistas de la Sección Primera de la Audiencia de Granada donde debería de celebrarse el juicio. Con ello se facilitará la aplicación de las medidas de distanciamiento social y prevención necesarias frente al coronavirus.
El resto de declaraciones y periciales, así como los informes finales, se realizarán en La Caleta, mientras que la entrega del objeto de veredicto y el comienzo de las deliberaciones del jurado popular serán en la Audiencia de Granada. El juicio está señalado hasta el 10 de julio.
EL CASO
El fiscal sostiene en su escrito de acusación provisional, al que ha tenido acceso Europa Press, que la madre, Fátima A.O.de 25 años, y el abuelo materno, Miguel A. F., decidieron desde un principio, "en ejecución de un plan preconcebido", deshacerse del bebé que venía en camino e intentaron "ocultar por todos los medios el embarazo", no acudiendo a control médico alguno. La bebé, fruto de una relación "tormentosa" con un joven con el que la madre tiene otra hija, nació entre el 14 y el 16 de enero de 2018 en una vivienda situada en Talará, en la localidad de Lecrín (Granada), donde residían los dos acusados junto a la abuela materna, de unos 83 años, y la otra hija de la acusada, de 18 meses en aquel momento.
Una vez que se produjo el alumbramiento, cortaron el cordón umbilical con un objeto afilado y golpearon a la bebé "fuertemente con ánimo de acabar con su vida hasta ocasionarle la fractura del hueso occipital, así como una hemorragia en tiroides y riñones, lo que inevitablemente, y en situación de total indefensión, produjo su muerte". A continuación, según el relato del fiscal, se deshicieron del cuerpo introduciéndolo en una bolsa de basura anudada y arrojada a un contenedor. Fue localizada el 16 de enero en la citada planta de reciclaje por un operario dentro de una bolsa de basura.
Posteriormente limpiaron los vestigios que había en la habitación donde se produjo el parto y trasladaron al cuarto del abuelo materno la cama de matrimonio donde había nacido la pequeña.
Para "evitar sospechas del crimen atroz", la acusada envió esa misma mañana por Facebook un mensaje a su pareja y padre biológico de la bebé diciéndole que el día anterior se había caído en la ducha y en consecuencia la había perdido. Posteriormente, llegó a darle hasta tres versiones distintas de lo ocurrido, por lo que el padre de la pequeña llegó al convencimiento de que la había asesinado.