Los aficionados dividen sus críticas entre Robert Moreno y los dirigentes, en este caso las dirigentes del club rojiblanco. Y evidentemente tienen razón. Los seguidores son y han sido siempre los soberanos, gobiernan las situaciones con sus silbidos o aplausos. Ningún equipo deportivo puede estar de espaldas a ellos, ni tampoco puede dar esquinazo al sentido común. Que la temporada iba a ser dura lo sabíamos muchos, era evidente, pero que iba a comenzar tan mal no era tan esperado.
El Granada CF debe cambiar su manera de jugar
El club debe cambiar y para ello lo tiene fácil. Sólo debe copiar lo mucho de bueno que ha habido en la anterior etapa, en la que Diego Martínez llevó al club a las cotas deportivas más elevadas de su historia. Las dirigentes, mejor que continuar la revolución que han ocasionado al cambiar todo lo anterior, deberían imitar lo que ya se sabe que funciona.
Luego sólo quedaría convencer a Robert Moreno de que el equipo debe jugar de otra manera, y por supuesto que la gestión de vestuario debe ser otra. Porque en estos momentos el rumbo del equipo, que al fin y al cabo es lo que mueve los hilos de cualquier club de fútbol, envía al Granada CF al precipicio.