Con Manu Marlasca y Luis Rendueles

Territorio Negro: El Tigre Villa. La negra historia del líder minero asturiano

José Ángel Fernández Villa, el líder socialista minero del carbón a quien los suyos llamaban El Tigre, controló el sindicato minero (y los casi 30.000 trabajadores que se movilizaban a sus órdenes) con mano de hierro. Hace tres años se jubiló de la política. Y poco después trató de regularizar un millón cuatrocientos mil euros acogiéndose a la amnistía fiscal del gobierno del PP. Desde entonces, la Guardia Civil y la fiscalía anticorrupción investigan de dónde salió ese dinero. Hoy Manu Marlasca y Luis Rendueles nos van a dibujar la otra historia de ese poderoso personaje, un hombre capaz de paralizar toda una región.

ondacero.es

Madrid | 14.11.2016 17:40

¿Era realmente tan poderoso Fernández Villa o se ha sobredimensionado su figura?

La historia de Asturias en los últimos treinta años se explica con dos personajes: en la derecha Francisco Álvarez Cascos y en la izquierda José Ángel Fernández Villa. Curiosamente, o no tanto, los dos se llevan muy bien y Cascos defendió a Villa incluso cuando trascendió su intento de acogerse a la amnistía fiscal.

Y sí, Fernández Villa tuvo mucho poder y lo ejerció. Era desde 1978 el líder del sindicato minero SOMA UGT. A una orden suya, presumía, entre 20.000 y 30.000 mineros podían quemar Asturias. Por ejemplo, y lo hicieron muchas veces, cortar la autopista de Pajares que une el Principado con la meseta y dejar aislada a la región. Con ese ejército, Villa, alineado en Madrid con el sector de Alfonso Guerra, tenía cartas para negociar con los gobiernos regionales y centrales. Varios presidentes socialistas del gobierno asturiano fueron cayendo después de enfrentarse al Tigre. El mismo fue diputado autonómico entre 1983 y 2006 y también senador.

Y cuál es la historia de esa persona que fue todo un símbolo de la lucha de los mineros asturianos

Villa nació en el año 43 en Tuilla, un pueblecito de las cuencas mineras asturianas donde sus padres tenían un pequeño bar, especializado en la venta de bacalao. Dejó los estudios y fue pronto un joven comprometido y que luchó por la mejora de las condiciones laborales de los mineros ya con el régimen franquista. Fue despedido por algunas de esas acciones, a partir del año 1969, se fue a Barcelona, donde trabajó escanciando sidra, y volvió a Asturias, donde tras la amnistía política decretada a la muerte de Franco, entró en la empresa pública Hulleras del Norte (HUNOSA), entonces un gigante del carbón. Allí Villa fue uno de los fundadores del sindicato minero SOMA UGT, del que fue elegido líder ya en 1978.

Y después de todos esos años de lucha sindical digamos, este hombre deja la política porque de la mina se había jubilado años antes, y aflora 1,4 millones de euros que intenta regularizar por internet. De dónde sale ese dinero?

Villa fue liberado sindical en la mina durante muchos años. Lo que contó su familia para justificar el dinero fue que venía de una herencia de su madre, la del bar del bacalao. Aquí, como en el caso del señor Pujol, la propia hermana de Villa le desmintió y dijo que no habían heredado nada.

La UCO de la Guardia Civil ha investigado el origen de ese dinero y ha encontrado ya algunas buenas pistas. De un lado, Villa se habría quedado durante años con las dietas que la empresa pública pagaba a los liberados sindicales de UGT. La investigación ha revelado que la empresa pública le pagaba por cheques a su nombre entre 1989 y 2001 como mínimo. Así lo ha contado su secretaria, Carmen Blanco, a la que Villa mandaba a cobrar el cheque con su DNI. Primero ciento y pico mil pesetas al mes, luego trescientas y pico mil cada mes. Por esta vía, el tigre minero se habría embolsado un mínimo de 243.000 euros. Decimos mínimo porque se sospecha que siguió cobrando así hasta 2010.

Villa mandaba mucho en Hunosa. Cuando estalla el escándalo, la actual presidenta de la empresa pública, Teresa Mallada, le dice a los periodistas que “Villa ya mandaba cuando yo iba a parvulitos”.

Claro que la empresa lo sabía, todos lo sabían. Una vez estaba en el hospital tras un accidente (luego veremos cómo fue esa historia) y llegó al sindicato el talón mensual a su nombre. Algunos compañeros de UGT plantearon pedir explicaciones. No se hizo.

Uno de los proyectos faraónicos de Villa fue la construcción de un geriátrico, un asilo para mineros jubilados y sus familias. Lo levantaron en Felechosa, tiene 18.000 metros cuadrados, costó más de 30 millones de euros de los famosos y negros fondos mineros y fue inaugurado por los ahora reyes de España, Felipe y Letizia. La Guardia Civil ha descubierto que Villa se llevó comisiones por firmar obras falsas (materiales mejores que los que realmente se pusieron). Como gerente del asilo colocó a su hijo, Rolando Fernández, con un sueldo de 50.000 euros anuales. Por cierto, el colaborador de Villa, José Antonio Postigo (que afloró otros 360.000 euros en la amnistía fiscal) y el constructor de aquella residencia comparten dos lujosos chalés en la provincia de Valladolid

Javier Fernández expulsó al que fuera, como el de todos, su mentor en el PSOE asturiano cuando saltó el escándalo. La UGT de Asturias ha presentado una denuncia contra Villa en la que le acusa de apropiación indebida de hasta 420.000 euros del sindicato, entre otras cosas, por gastar dinero con su tarjeta, no black, pero casi, en toda clase de gastos en efectivo, por ejemplo en puros habanos, plumas Montblanc y un coche, un Mitsubishi montero, además del audi que tenía, para uso particular que pagó el sindicato con fondos públicos claro.

En cuanto a Villa, padece problemas neurológicos. El viernes pasado, por fin, fue examinado por un experto en su casa: Decimos por fin porque la juez ha acusado a Villa de dilatar las investigaciones contra él con la excusa de la salud. De hecho, Villa no se había presentado una semana atrás al examen, que debía haberse hecho en el juzgado, porque, dijeron, no se le había comunicado personalmente. El que fuera secretario de Organización de UGT en Asturias durante el régimen de Villa, Amalio Fernández, le contó a la juez Simonet Quelle que cuando había un problema importante en el sindicato, la salud de Villa empeoraba casi automáticamente.

Y de fondo de esta historia están lo que se llamaron los fondos mineros. Dinero que llegó desde la Unión Europea para revitalizar esas zonas, especialmente de Asturias, como compensación por ir cerrando pozos de carbón y despidiendo personas, miles de personas

Por esa vía entraron en las cuencas mineras casi cuatro mil quinientos millones de euros. Se levantó el geriátrico de mineros (ya es discutible que eso contribuya a revitalizar la zona), la universidad de Mieres y se hicieron algunas otras cosas. Antón Saavedra, que fue compañero de Villa en la lucha sindical y luego fue expulsado, ha contado que en Asturias se ha robado dinero de forma sistemática de esos fondos de la Unión Europea. La Sindicatura de Cuentas asturiana ha escrito que la gestión ha sido poco eficiente y que no se lleva una contabilidad de gastos. Así de alucinante. Nadie preguntaba en qué se gastaba ese dinero que llegaba a paladas. La revista Atlantica XXII desveló el fraude con los cupos de carbón, la cantidad de mineral que podía extraer cada mina. Villa y los suyos decidían esas cantidades y, según aquella denuncia, cobraban mordidas por ello.

Nadie en Asturias discutía el dinero del carbón, dinero para los mineros obligados a jubilarse. Por ahí se colaron multitud de irregularidades. El que fuera consejero de Industria socialista, Victor Zapico, otro hombre de Villa, fue condenado a nueve años de cárcel por el fraude en la mina La Camocha, en Gijón. Básicamente, se hacía pasar por carbón asturiano (sujeto a subvenciones), mineral que se traía ilegalmente y más barato de otros países como Polonia. Así se hizo casi con cien mil toneladas en apenas tres años.

El de su jubilación y su pensión, un episodio casi de realismo mágico sobre El Tigre Villa

Villa se jubiló en Hunosa en el año 1995. Recibe desde entonces la pensión máxima de invalidez por accidente laboral (la cobra todavía, lógicamente) que ahora llega a unos 2.500 euros al mes. Pese a su jubilación, siguió al frente del sindicato hasta 2013, incluso después siguió cobrando como consejero (hasta junio de 2014) las dietas correspondientes (unos 6.500 euros).

El escritor José Ramón Gómez Fouz, quizá la primera voz que en Asturias se atrevió a escribir sobre Fernández Villa (publicó, por ejemplo en pleno régimen villista que el sindicalista había sido confidente de un policía durante el franquismo) descubrió los partes que Hunosa fabricó para justificar esa pensión. Y el pasado mes de agosto los publicamos en interviú. Todo empieza el 1 de septiembre de 1985, en plena fiesta minera de Rodiezmo, cuando un camión que lleva una caja de sidra, hace un movimiento brusco y la caja cae sobre Villa, que es trasladado al hospital y operado de una hernia.

Pero qué tiene que ver un accidente en una fiesta minera con una caja de sidra, que son de madera y pesan mucho, con que diez años después se jubile Fernández Villa

El 11 de octubre de 1995, Hunosa emite un parte de accidente de trabajo. Lo ha sufrido en el pozo Candín, José Angel Fernández Villa, que trabaja como vigilante segundo. Leemos textualmente la descripción del accidente: “recidiva (recaída) de accidente. Se desprendió una caja de sidra de un camión, golpeándole en la cabeza”. En la margen izquierda se indica que el accidente ocurrió “en la fiesta minera de Rodiezmo del año anterior”. Y debajo, se explica que el aparato o agente material causante fue “productos de madera”, la madera de las cajas de sidra. Hasta las fechas del asunto de la sidra eran falsas, pero alguien debió pensar que semejante parte de accidente nunca sería sellado y aprobado por la Seguridad Social para darle la pensión de invalidez a Fernández Villa, que entonces tenía 53 años. Y se decide fabricar otro parte de accidente menos escandaloso.

Y dos días después la empresa pública Hunosa hace otro parte idéntico, pero con algún cambio, desaparece el asunto de la sidra. Esta vez se habla de una recaída, pero en lugar de una caja de sidra en la cabeza, que era algo poco laboral digamos, se escribe que Fernández Villa “al levantar una mamposta, sintió un dolor en la espalda”. También desaparece en este parte de supuesto accidente laboral la referencia a la fiesta minera de Rodiezmo.

Pero ese tampoco es el parte definitivo del supuesto accidente del líder minero asturiano. El 19 de octubre se hace un tercer parte que es el que se lleva a la Seguridad Social para que le den la pensión máxima de invalidez a nuestro hombre, la que lleva cobrando desde 1995. Hunosa emite un tercer parte de accidente de trabajo. Esta vez, el doctor del pozo minero ya habla de algo heroico, Fernandez Villa “resbaló por una escalera (de la mina) y cayó, flexionando y rotando la columna (vertebral), golpeándose contra la propia escalera”.

Lo que empezó siendo una caja de sidra en la cabeza durante una fiesta acabó en accidente laboral tremendo. Y la pensión máxima para el jefe minero asturiano. La ha cobrado, recuerden, durante 21 años

La sigue cobrando. Sería un fraude a la Seguridad Social y, nos comentaron la semana pasada cuando preguntamos, muy probablemente ese fraude haya prescrito, han pasado muchos años. Eso sí, la investigación principal sobre Villa, el tigre minero, continúa. Anticorrupción ha decidido que se trata de un asunto complejo y ha dado dos años más. El tiempo, eso sí, corre contra la verdad en este caso. Villa no va a mejorar de sus problemas de salud. Nos quedamos con lo que declaró su esposa al diario El Comercio: María Jesús Iglesias dijo que su marido no gastaba un duro, que ellos no sabían nada del dinero oculto y pedía: “Que pague lo que tenga que pagar, pero que no se metan con mis hijos”. También hacía un lamento amargo. Nadie de los que vivieron a la sombra, y al calorcito, de ese cacique sindical minero, nadie y fueron muchos, ha llamado por teléfono para animarle o para saber cómo está.