Oída esta mañana la salida coral de varios ministros, justificando la bonanza del indulto, no tiene pinta de que Pedro Sánchez vaya a recular a pesar de que tiene práctica en ello. En este asunto, mantenella y no enmendalla, a pesar de ser el gobierno más débil de la democracia, con el informe en contra de fiscalía, abogacía del Estado y el Supremo y con crecientes voces críticas dentro de su partido.
Conceder el indulto sin más avales que su urgencia política de mantenerse en Moncloa, saltarse el espíritu de la Constitución y llamar vengativos a todos los demás... llegar a sugerir la reforma del delito de sedición es la forma más rápida que ha encontrado el presidente del Gobierno para cargarse, no sólo el Estado de derecho... sino definitivamente al Partido Socialista.
