Sólo los 52 diputados de Vox van a votar a favor de que Santiago Abascal se convierta en el nuevo presidente de España. Ese es el resultado de dos días de sesión parlamentaria en la que Abascal ha dispuesto de 18 horas para cargar contra PSOE y Podemos y su nefasta gestión, en la que el PP ha preferido marcar distancias y reivindicarse como dique de contención contra los excesos por derecha e izquierda y en la que el Gobierno ha hecho lo que más le gusta. Por un lado, minusvalorar a Pablo Casado diciéndole que Vox le ha arrebatado el papel de líder de la oposición para luego ofrecerle frenar la reforma del Poder Judicial.
Ahora decidan ustedes si es un gesto de buena voluntad gubernamental o que no les ha quedado más remedio después de que Europa dijera ayer mismo al gobierno que esa reforma rozaba los límites del estado de derecho.