El gobierno tiene un grave problema de credibilidad y confianza entre la mayoría del arco parlamentario. Recelan de que haya denunciado escuchas al presidente y a la ministra de defensa justo hoy y una hora antes de que empezaran los actos grandes de la Comunidad de Madrid con Díaz Ayuso y Núñez Feijoo como protagonistas. Se malician, además, de la presentación como víctimas de espionaje del presidente y de la ministra de Defensa, muy conveniente cuando el independentismo quiere cabezas y les señala.
Lo más sorprendente de todo es que si el gobierno tenía datos desde hace un año, no parara los pies a los independentistas haciéndoselo saber esta misma semana. A cambio han preferido darles a ellos y a Bildu un sillón en la comisión de gastos reservados. Tiene todo un tufillo que no por conocido y recurrente deja de provocar aversión.
