La presidenta del Congreso dictará esta tarde una resolución para que ERC y BILDU puedan estar en la comisión de secretos oficiales. Lo que el independentismo quiera, cuando quiera y como quiera. Y si exigen participar de una comisión (olvidada en dos años y medio) para poder triturar al CNI y a la ministra de Defensa por las escuchas de Pegasus, sea.
Batet ha hecho esta mañana un papelón. Primero porque ha sentenciado que en democracia siempre los grupos de la cámara han estado representados en esa comisión. No es cierto. Manuel Marín, socialista, lo impidió al imponer una mayoría cualificada para ser integrante. Y segundo, que el legislativo debe controlar al Gobierno. Ojalá. Pero es al revés. Es el Gobierno quien ha dado la orden a Batet de que apacigüe a los que necesita para conservar la Moncloa.
Por cierto, esta mañana todas las quejas del independentismo han ido contra el sueldo, para ellos abultado, del Rey. Sólo es uno 1.300 euros más alto al mes que el de Meritxell Batet. Altos o no, los dos legítimos y regulados por ley. Pero oiga. Sobre ella hoy ni una queja, claro.
