El gobierno presume de ser el más progresista de la historia pero luego viene el Supremo y le tiene que advertir por tercera vez que cumpla con los mil menores migrantes que se hacinan en Canarias. Que les atienda y les acoja como es su obligación.
La primera pregunta es por qué hay que advertir tantas veces a quien no cumple. La segunda es cómo el gobierno pretende que las comunidades asuman sus cuotas si ellos no se ocupan de las suyas. Y la tercera es si el gobierno, además de gestionar la descomposición interna, le queda algo de hueco para cumplir con lo que le toca.
