Ha triunfado Pedro Sánchez con sus cómplices del separatismo ridículo y pueblerino, que decían los republicanos. El nuevo gobierno de coalición progresista y plurinacional ha sido recibido con lanzamiento de huevos, agresiones, cargas policiales en Neptuno y manifestaciones en Ferraz. Los separatas exigen unos autodeterminación; otros, transferencias de Seguridad Social e impuestos; algunos, 15.000 millones; y todos, que se reconozca su territorio como nación.
La respuesta de la gente es rodear las sedes del PSOE. Patxi López ha advertido que no alimenten a la bestia porque nos acabará devorando. Pedro ha ganado y hay gente que le considera un monstruo maquiavélico o un burlanga. Abascal lo vio riéndose como Nerón cuando quemaba Roma. Alberto Catalán, de UPN, definió al nuevo Gobierno como un resultado del engaño, la falsedad y la mentira: "Trilerismo puro", dijo.
Aitor Esteban le soltó a Feijóo: "Alberto; tu tractor tiene gripado el motor por usar aceite Vox". Le contestaba así porque Feijóo comentó que habían dejado el tractor por la hoz y el martillo. Feijóo felicitó a Sánchez con un apretón de manos diciéndole: "Esto es una equivocación. Tú eres el responsable de lo que acabas de hacer". La violencia, de momento, es solo verbal.
Los barones y los ropones tienen la palabra cuando Europa se inhibe. El canciller alemán y la presidenta de la Comisión han felicitado a Pedro. Hemos pasado del turnismo al frentismo y el odio se contagia entre los que han votado al apaño. Bildu detesta al PNV, Podemos a Sumar, ERC a Junts. O sea, esto puede acabar a hostiones.
Querido Carlos, hay que recordar en le día que Rosalía cantaba "Se nos rompió el amor" las palabras de Eurípides: "Donde no hay vino, no hay amor". Viva el vino.
