Pablo Casado propondrá a Albascal que retire lo más escabroso de sus propuestas, Abascal hará equilibrismo, también como Andalucía, no entrará en el gobierno, pero le dará sus votos. El problema será para Ciudadanos, con fuerte oposición interna a esa alianza. Pero hay detalles que no se podrán salvar con la voluntad.
No se puede salvar una lista donde, según Casado, hay militares retirados nostálgicos del franquismo. No se pueden salvar nombres negacionistas. No se puede admitir como filosofía de socio a quien propugna armar a la sociedad.No se puede pactar con la homofobia ni con el machismo militante.
Y Vox, en vez de templar sus propuestas en proporción a su crecimiento electoral, las radicaliza, como si se tratase de una provocación para estar en el centro del debate o como si le saliesen las peores esencias. Cada día se parece más y hasta supera a la extrema derecha europea con la que nadie quiere pactar por higiene democrática. Con lo cual, en respuesta a la pregunta sobre si cierra las puertas a un posible acuerdo, la respuesta, es que sí.
Y se lo pone imposible aRivera y Casado. Y allana el camino a Pedro Sánchez. Y Ciudadanos, si piensa mantener la bandera del centro, tiene que apresurarse a salir de ese círculo suicida.