Con Maradona. Todo el fútbol en ocho letras. Si eras bueno eras Maradona; si eras malo te decían si te creías Maradona. En cada barrio había un Maradona.
El fútbol en ocho letras. Maradona. Que empieza con la M de magia y termina con la A del adiós.
Maradona se ha ido pronto como si la vida fuera la línea defensiva de los ingleses del Azteca. Aquel día en el que también se le fue la mano al cielo y un segundo después era Dios en el césped. Cuatro minutos más tarde era inmortal con el gol cósmico.
Dios Armando Maradona para muchos. Diego para los que, como contaba Schuster en el Radioestadio, estaban con una persona con la que gustaba estar.
En Maradona, en el apellido, se esconde la palabra don. Ese que tenía el niño regordete de pies pequeños que acariciaba lo que los demás pateaban: la pelota. Diego Armando quiso más a la pelota que a sí mismo y la vida se le fue rodando.
En Maradona se esconde la palabra arado. Casi como eran los campos de los ochenta donde además de las calvas esquivaba las patadas. Pero la pelota, a sus pies, no se manchaba.
En Maradona, el apellido, se esconde la palabra mar. Que cruzó desde Villa Fiorito con esa mata de pelo que le convirtió en el Pelusa para llegar a Barcelona donde conoció la dureza del fútbol español y empezó a regatear con la vida. Volvió a cruzar ese mar que le llevó hasta Nápoles, Su palacio y su prisión. Tardes de fútbol y gloria; días y noches de alcohol, drogas y prostitución. Hasta ayer, la definitiva, Maradona había muerto y resucitado varias veces.
Recuerdo a un director y presentador deportivo en esta casa con el obituario de Diego Armando guardado en un cajón. Y de eso pasaron ya la mitad de los 30 años que hoy cumple Onda Cero.
Como en el Mundial 94. Renacido con goles y muerto por un positivo que acabó con el futbolista. "Me cortaron las piernas" dijo Maradona.
Las portadas en España, las tapas en Argentina, de los periódicos han elegido al Maradona campeón del mundo. De todos los titulares, quizá por el nombre del medio, me quedo con el del "Hincha" que cambia aquello de ¿de qué planeta viniste? Por ¿a qué planeta te fuiste?
