OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Sánchez te vacuna y te lleva al fútbol"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la decisión del gobierno de permitir la vuelta del público a los estadios de fútbol en las dos últimas jornadas de la Liga.

Carlos Alsina

Madrid | 13.05.2021 08:46

¿Quién le va a resultar a usted más simpático, el presidente autonómico que quiere encerrarle en casa por las noches decretando el toque de queda, o el presidente del gobierno central que le protege vacunándolo y le permite volver a ir al fútbol? Visto así, ¿usted con quién se queda? ¿Con el gobernante carcelero que anhela otro estado de alarma, o con Pedro Sánchez, que sólo dice "vacunar, vacunar y vacunar", y ahora nos abre las puertas de los estadios de fútbol.

"La Moncloa está empeñada en transmitir que el futuro ya ha empezado"

Éste no es Sánchez sino Rodríguez Uribes. Ejerce como ministro de Cultura y Deportes y ayer se apareció ante la prensa para anunciar la buenanueva de que hasta cinco mil aficionados podrán asistir a los últimos partidos de Liga en la comunidad valenciana, que es la única que cumple con el requisito de estar por debajo de los cincuenta casos por cien mil habitantes. En las dos jornadas que restan de campeonato, podrán entrar con mascarilla y sin bocadillo unos cuantos aficionados del Valencia, el Levante, el Villarreal y el Elche. Resto de España, no, porque la incidencia es superior.

Dices: después de lo del sábado pasado, y de lo preocupadas que se han declarado todas las autoridades por la falsa sensación de que la epidemia ya se ha acabado, ¿no se podía esperar a la temporada que viene para reabrir los estadios? Pues hombre, como poder, sí, se podía. Pero ya sabe usted que la Moncloa está empeñada en transmitir que el futuro ya ha empezado.

La competencia sobre aforos y restricciones la tienen los gobiernos autonómicos; quienes deciden si entra o no gente al fútbol lo deciden los Urkullu, los Ayuso y los Ximo Puig

Esto es. Gracias, presidente. Lo importante es el mensaje. Por eso es la Moncloa quien habla de las vacunas (como si las administrara el propio Sánchez, con su bata blanca y su jeringuilla bienhechora) y quien habla ¡del fútbol! Le faltó tiempo ayer a Aitor Esteban, PNV, para recordarle al gobierno que la competencia sobre aforos y restricciones la tienen los gobiernos autonómicos, ¿no era eso?, es decir, que si entra o no entra gente al fútbol lo deciden los Urkullu, los Ayuso y los Ximo Puig, no el casi desconocido ministro Uribes. Ya es paradoja que sólo vayan a poder ir al fútbol los aficionados de la Comunidad Valenciana, la única ---con Baleares--- que mantiene el toque de queda.

Sesión parlamentaria reducida a un intercambio de ocurrencias facilonas

Se le rebelan a Sánchez sus socios preferentes: el PNV y Esquerra Republicana. Bueno, se le rebelan todos sus socios en lo que hace al estado de alarma. Todos le reprochan que haya desperdiciado estos seis meses para promover un paraguas jurídico que resultara útil a los gobiernos autonómicos ahora que la situación excepcional decae. Y todos le reprochan que sea más de predicar que de sembrar, de decir a los demás lo que tienen que hacer que de sentarse con ellos a ver qué se hace. Cómo será la cosa para que hasta un Baldoví esté abierto a estudiar el plan B del que ha hecho bandera (y un poco eslógan) Pablo Casado.

En la sesión parlamentaria de ayer, en la que Casado aportó a la zoología esta nueva especie llamada el patovestruz, un pato que se comporta como un avestruz, eso es Sánchez para Casado (lo de cojo vamos a verlo, porque de momento en las encuestas le sigue sacando más de diez puntos), en el cara a cara de ayer que quedó reducido a un intercambio de ocurrencias facilonas -"se le está poniendo cara de Albert Rivera y de Zapatero"- se evidenció que Casado intenta estirar la euforia que para su parroquia supuso el cuatro de mayo y que Sánchez sigue en el cálculo de cuánto habrá mejorado la situación anímica del país dentro de dos años y pico y con el manguerazo de dinero europeo de por medio. O sea, nada nuevo bajo el lucernario del Hemiciclo.

"Rufián está dolido con sus socios de gobierno, los puigdemones"

Ah, y nos dejó la sesión de ayer este sincero reconocimiento de Gabriel Rufián, admitiendo que ha practicado el salvajismo parlamentario. Un portavoz parlamentario presumiendo de discurso salvaje. Y todo porque Rufián está dolido con sus socios de gobierno en Cataluña, los puigdemones, que andan reprochándole a Esquerra que haya aguado su compromiso con el procés para seguir haciendo manitas con el gobierno ¡de España!

Lo de esta pareja que gobierna a pachas Cataluña desde hace 6 años, y que de hecho la sigue gobernando aunque lleven desde octubre jugando a las guerras de barcos ---a ver quién hunde a quién--- es para hacérselo mirar. En enero de 2020 proclamó Joaquim Torra aquello de que la legislatura ya no daba más de sí. Estamos en mayo de 2021 y siguen dándole vueltas a la peonza. A su peonza, que es la del rodillo independentista.

Para los puigdemones todo lo que no sea reconocerle a su líder supremo la condición de libertador en el exilio es una traición

Ya puede el presidente Sánchez y su escudero Illa soñar con un tripartito de izquierdas que a día de hoy el único tripartito que tiene visos de prosperar es el de siempre, el tripartito indepe de Esquerra, Juns y la CUP. Un día rompen la baraja y al día siguiente ya se están sentando de nuevo. Para los puigdemones todo lo que no sea reconocerle a su líder supremo la condición de libertador en el exilio es una traición. Para Esquerra todo lo que no sea aprovechar que ahora tienen más votos que Junts es tirar por la borda la oportunidad de hacerse, por fin, con la hegemonía indepe en amistosa alianza con el PSOE y Podemos en Madrid.

"Pablo desmoñado"

Que sigue siendo alianza y amistosa aunque ya no esté celestineando Pablo Iglesias. El prejubilado de oro de la política española. Disfrutando de su indemnización como ex ministro mientras encuentra otro trabajo mejor pagado.

Ha tenido gran eco el posado de Pablo desmoñado. El chisme más comentado de las últimas horas. Iglesias se ha amputado el moño, se ha hecho cortar el pelo cruzadito por detrás y con medio flequillo por delante y se ha hecho fotografiar leyendo al colega Vallín. A su colega. Se cansó Iglesias de interpretar al personaje Iglesias. Era un actor encasillado que ya no disfrutaba del favor del público. Ahora toca probar otros registros dramáticos y otras tramas. A Casado se le pone cara de Albert Rivera, a Sánchez cara de Zapatero y a Pablo Iglesias cara de Estrenos TV.

En Podemos siempre se ha utilizado a los círculos y los inscritos como coartada para hacer pasar por colectivas las decisiones individualísimas del líder máximo

No dejan de repetir un solo día los viudos de Pablo que ha estado meses diseñando minuciosamente su retirada. Hasta lo del pelo lo tenía pensado. Es más, tiene a bien informar la crónica jabonosa de La Vanguardia de que en dos ocasiones, 2015 y 2019, se discutió dentro de Podemos la conveniencia de que Pablo se descoletara. ¿Se imaginan? ¿A Pablo con Echenique, Mayoral, Rodríguez, Montero y Belarra (que es lo que queda como cúpula morada) debatiendo con citas de Gramsci y de Marx si la coleta es un activo revolucionario o un lastre para ampliar la base social?

Pero el debate no prosperó y Pablo decidió por su cuenta. O sea, como ha sido siempre en un partido que ha utilizado a los círculos y los inscritos como coartada para hacer pasar por colectivas las decisiones individualísimas del líder máximo.