Voy a leerles una afirmación y ustedes tratan de adivinar de quién es: "Las empresas energéticas están obteniendo unos ingresos con los que no contaban, con los que ni siquiera soñaban.
En los tiempos en los que vivimos no puede ser que algunos obtengan unos beneficios extraordinarios y sin precedentes gracias a la guerra y a costa de los consumidores. En estos momentos, los beneficios deben compartirse y canalizarse hacia quienes más los necesitan".
Podría haberlo dicho Pedro Sánchez, Teresa Ribera o Yolanda Díaz. De hecho recordamos manifestaciones muy parecidas. Pero quién ha pedido hoy limitar los beneficios de las eléctricas es una dirigente conservadora, nada menos que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen,
Mientras en el Parlamento Europeo los europarlamentarios del PP español aplauden la propuesta de su compañera de filas, en España votan en contra de la propuesta del gobierno solo porque es una propuesta del gobierno. Una forma peculiar de buscar el bien común y el interés general.
Una vez que Manuel Fraga apoyó una ley de Felipe González dijo que hasta un reloj parado da dos veces al día la hora exacta. Quizá a Fraga le cabía el Estado en la cabeza como solía decirse del mentor de Núñez Feijóo. De él no puede decirse lo mismo de momento.
