En el dilema colombiano, por muy poco, pero mucho más de lo que preveían las encuestas, los colombianos que fueron a votar dijeron no al plan de paz de Santos, su presidente. No es que no quieran la paz, es que no la quieren en las condiciones que propuso el gobierno.
Hoy la pregunta es ¿y ahora qué?
El segundo dilema es el húngaro. Ayer votaron en referéndum a propuesta también de su presidente, Viktor Orban, si Hungría se desentendía de las cuotas de refugiados que según Bruselas le correspondían. Y como fueron a votar solo los que estaban de acuerdo con Orban (el 43%) pues ganó el No a los refugiados. Allí nadie se pregunta “y ahora qué” por qué Orban se apunta el tanto obviando que por debajo del 50% la constitución húngara invalida cualquier referéndum.
Y, por ultimo, tenemos el trilema socialista: Ni Rajoy, ni gobierno alternativo, ni terceras elecciones. La gestora del PSOE baila sobre el filo de una cuchilla intentando no cortarse con su propia contradicción. O gobierna Rajoy u otro –pero eso es lo que evitaron el sábado negro- . O gobierna Rajoy o elecciones, pero nadie quiere comerse en Ferraz el sapo de apoyar la abstención. Cuando descubran que el trilema es imposible, como escribió Javier Solana hace unos días 85 diputados les parecerán un éxito.