Uno de los rasgos más característicos de los psicópatas es su capacidad de manipulación y parecer sociable o carismático, pero sin que sientan una conexión emocional real. Es por eso que cuando conoces a este tipo de personas suelen proyectar una fachada encantadora al principio de una relación (ya sea amorosa, laboral o social), debido a una combinación de rasgos psicológicos, estratégicos y mecanismos adaptativos.
Repasamos las capacidades sociales que tienen estas personas y que gracias a ellas pueden llegar a engañarnos y a cómo detectar que esa persona tan encantadora que acabamos de conocer puede estar siendo falsa con nosotros, e incluso, que tiene algún interés oculto.
Las capacidades sociales de los psicópatas
La psicopatía es un trastorno de personalidad incluido dentro del trastorno antisocial de la personalidad (TAP) y muchas veces pensamos que este tipo de personas, al ser antisociales, no saben relacionarse. Pero lo cierto es que gracias a la combinación de rasgos psicológicos, estratégicos y mecanismos adaptativos se saben desenvolver muy bien en sociedad, ya que tienen una gran habilidad para leer a los demás y mimetizarse. Identifican rápidamente los deseos, inseguridades y vulnerabilidades de su víctima. Además, imitan comportamientos, gustos o valores que saben que agradarán a los demás, como fingir compartir hobbies o ideales.
Uno de los rasgos más característicos de estas personas es su encanto superficial calculado. Usan un lenguaje corporal seguro, contacto visual intenso y halagos excesivos ("love bombing"). Además, crean una imagen idealizada de sí mismos (éxito, generosidad o sensibilidad falsos). Esa seguridad que transmiten se debe a su frialdad emocional, ya que al no sentir ansiedad, transmiten una confianza inquebrantable (lo que puede resultar atractivo). También, mienten con naturalidad, sin los signos habituales de estrés (tartamudeo, sudoración).
Otra capacidad adaptativa que trabajan es la explotación de sesgos cognitivos, es decir, utilizan su apariencia física o estatus para que se les atribuyan cualidades positivas injustificadas. Esta proyección hará que la víctima ignore señales de alerta porque quiere creer en la imagen proyectada (sesgo de confirmación).
El objetivo oculto de estas personas muchas veces es la manipulación sobre los demás, por eso suelen seguir este modelo de actuación para poder conseguir dicho objetivo:
- Fase de idealización: al principio, el psicópata satisface todas las necesidades emocionales de la víctima para ganar su confianza.
- Desgaste progresivo: una vez establecido el vínculo, inician el abuso emocional, la devaluación o el control.
Señales de que el "encanto" es falso
El ‘love bombing’ que podemos sufrir por parte de estas personas nos puede nublar la percepción y que no nos demos cuenta de que estamos siendo manipulados. Por eso, debemos fijarnos en algunos aspectos que nos van a dar pistas sobre si esa persona tan encantadora está siendo sincera o de alguna manera nos está manipulando:
- Contradicciones: su historia personal tiene lagunas o cambios inexplicables.
- Victimización: justifican errores culpando a otros.
- Falta de empatía real: sus actos no coinciden con sus palabras. Por ejemplo, prometen ayuda, pero nunca la dan.
¿Por qué caemos en su trampa?
Tenemos que tener claro que el encanto psicopático es un cebo emocional y la clave para detectarlo es observar acciones a largo plazo (no solo palabras) y desconfiar de relaciones que avanzan demasiado rápido.
Hay dos factores que explican por qué nos dejamos llevar tan fácilmente cuando conocemos a personas con este perfil psicológico:
- Deseo de conexión: queremos creer en personas que nos hacen sentir especiales.
- Normalización: confundimos su intensidad con pasión o seguridad.

