El otro día, los padres de una amiga se quejaban de que no duermen bien. Al hecho de ser mayores se suma que se despiertan muchas veces para ir al baño, y por la mañana se levantan bastante cansados. Estas quejas son más comunes de lo que pensamos y tienen un nombre: nocturia del adulto. Según la Sociedad Internacional de Continencia, se define exactamente como la necesidad de despertarse para orinar al menos dos veces por la noche.
Este problema, que afecta al sueño y a la calidad de vida, es más frecuente según envejecemos. Se estima que tres de cada cinco personas mayores de 70 años la sufren, aunque también se puede dar en edades más tempranas. Y afecta por igual a hombres y mujeres.
Un amplio abanico de causas
Dos causas pueden dar origen a la nocturia: la disminución de la capacidad de la vejiga y/o una mayor producción de orina, lo que se conoce como poliuria.
En el primer caso, hablamos de un órgano con una capacidad de entre 300-600 ml, que puede verse reducida a su vez por dos factores:
Una alteración anatómica. En hombres, lo más común es que se deba a una hipertrofia benigna de la próstata, y en mujeres, a la obesidad y el prolapso de órganos pélvicos.
Problemas funcionales como síndrome de vejiga hiperactiva, cistitis, infecciones…
En lo que se refiere a la poliuria, la producción nocturna de orina suele disminuir por la acción de la hormona antidiurética, pero a medida que cumplimos años, la liberación de esta sustancia se reduce por la noche.
Esta es una de las principales causas, aunque también pueden precipitarla diversas enfermedades –diabetes, estados edematosos producidos por insuficiencia venosa o insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial…–, el aumento de la ingesta de líquidos por la tarde-noche y el consumo de cafeína, alcohol o tabaco.
Además, hay medicamentos cuyos efectos secundarios pueden aumentar la producción de orina o alterar la función de la vejiga. Los más comunes son:
Diuréticos: se usan para tratar la retención de líquidos y reducir la presión arterial.
Anticolinérgicos: suelen utilizarse para tratar el síndrome de vejiga hiperactiva. Pueden interferir con las señales nerviosas que controlan este órgano y causar un aumento en la frecuencia urinaria, incluida la nocturia.
Medicamentos para la hipertensión arterial, como los antagonistas de los canales de calcio y los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina.
Algunos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonia, que bloquean la acción de la hormona antidiurética.
El litio, un fármaco utilizado para tratar el trastorno bipolar.
Es importante tener en cuenta que no todas las personas que toman estos medicamentos experimentarán nocturia como efecto secundario. Si alguien sospecha que tiene este efecto o está preocupado por dicho síntoma, es importante que hable con su médico o médica, para que le proporcionen alternativas o ajusten el tratamiento.
Cinco medidas para atajarla
El manejo de la nocturia debe plantearse individualmente, ya que influyen muchos factores. He aquí algunos consejos elementales.
1. Cambios en el estilo de vida: reducir el consumo de líquidos 4-6 horas antes de acostarse, evitar el alcohol y la cafeína por la noche, dejar de fumar y perder peso si hay sobrepeso. También es aconsejable orinar antes de acostarse y hacer ejercicios de suelo pélvico. Y si sufre retención de líquidos en piernas, conviene elevarlas unas horas antes de que llegue la noche.
2. Si la nocturia es causada por una dolencia, como diabetes o enfermedad cardíaca, tratarla adecuadamente puede reducir los síntomas. Es importante seguir los controles con los profesionales de salud de atención primaria.
3. Modificar horarios de tratamientos farmacológicos, diuréticos e inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina. Se debe consultar primero con los profesionales de la salud, para que puedan ajustar el tratamiento y minimizar los efectos secundarios.
4. El tratamiento de suelo pélvico y el entrenamiento de la vejiga con fisioterapeutas puede ser útil para enseñar a controlar mejor la micción.
5. A veces, tras una valoración individual, el médico o la médica pueden prescribir medicamentos para tratar la poliuria nocturna: diuréticos (administrados a media tarde), análogos de la hormona antidiurética y antidepresivos tricíclicos, que aumentan la producción de dicha hormona.
En resumen, aunque la nocturia es muy común en personas mayores, no deja de afectar al sueño y, por consiguiente, al descanso y a la calidad de vida. Es conveniente consultarlo con los profesionales de Atención Primaria, que harán una valoración individualizada, teniendo en cuenta desde los hábitos de vida hasta la revisión de medicaciones y otras patologías.
Ana Isabel Cobo Cuenca, Profesora titular en la Universidad de Castilla la Macha (UCLM). Grupo IMCU, Universidad de Castilla-La Mancha y Antonio Samprieto Crespo, Médico especialista en Urología, Servicio de Salud de Castilla-La Mancha
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.