José Luis Escrivá ha confirmado que además de las 3.000 plazas habilitadas de emergencia, se trabaja ya hasta poder llegar a 11.000. Junto al acuartelamiento General de Arteaga en el madrileño barrio de Carabanchel y un cuartel sin uso militar en Alcalá de Henares (Madrid), se instalarán campamentos temporales también en un antiguo hospital militar en Cartagena (Murcia) y en Sevilla.
En esta crisis migratoria han llegado al Mediterráneo más de 13.000 personas, de ahí que Migraciones haya llegado a un acuerdo con el Ministerio de Defensa para habilitar estos espacios y así descongestionar la situación del Archipiélago Canario. "Tenemos una gestión integral, es decir, tenemos toda una red de centros de acogida, algunos contingentes y, según las situaciones, vamos viendo dónde es la mejor ubicación, también en función de los perfiles de las personas que van llegando", ha explicado Escrivá.
"Tenemos planes contingentes que vamos desplegando por si la situación requiere una mayor acogida puntual, pero no debemos hablar de cifras concretas porque es muy difícil anticipar las personas que van a llegar", ha añadido.
Escrivá ha remarcado que esta acogida en Canarias tienen una "dimensión mucho menor" que la que se prestó a los refugiadas ucranianos, porque en aquella ocasión se concedió protección temporal (permiso de trabajo y residencia) a 200.000 personas. Muchas de ellas, además, eran familias mientras que ahora la mayoría de los llegados son hombre jóvenes.
Escrivá arremete contra lo que considera como xenofobia
"Lo que ha pasado esta vez es que, desafortunadamente, se está intentando hacer una utilización xenófoba y política oportunista con este asunto", ha opinado el ministro, que ha insistido en que "se está haciendo una amplificación artificial de algo que es relativamente manejable y natural".
El ministro reprocha las críticas que han venido desde distintos ayuntamientos y presidentes autonómicos del PP, que alegan falta de información sobre estos traslados de migrantes. Califica de "xenofobia" algunos de los comentarios realizados por dirigentes populares. Confirma el ministro que desde el inicio de la guerra entre Israel y Gaza, han detectado en España un aumento de actitudes xenófobas.
"España es un país que lleva años gestionando crisis, porque tenemos la geografía que tenemos, con una solvencia y naturalidad notable. Somos una referencia internacional y esta vez es igual que todas y lo estamos haciendo con mucha tranquilidad", ha dicho Escrivá, que ha recalcado la "utilización oportunista de episodios como este para exacerbar instintos xenófobos".
Sobre la falta de comunicación sobre los traslados, el ministro insiste en que "siempre" se informa a las autoridades locales y autonómicas una vez el emplazamiento está "perfectamente identificado y van a llegar allí".
Entre los presidentes autonómicos que se han quejado de la falta de información por parte del Departamento del ministro Escrivá, se encuentra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha acusado al Gobierno de que se ha tenido que enterar "por la prensa" de la llegada de inmigrantes. "Esto pasa cuando uno está a su supervivencia y no a los problemas reales de España", ha criticado.
Alcaldes como el de la localidad de Medida del Campo, Guzmán Gómez, a donde han sido llevados también numerosos inmigrantes, han lamentado la falta de diálogo por parte del Ejecutivo. Por su parte, el alcalde de Madrid José Luis Martínez Almeida ha expresado su preocupación por la llegada de migrantes a sus municipios. Almeida ha criticado el discurso "populista" del Gobierno y ha señalado que en la política "no se trata de ser un buenista", sino de hacer buenas políticas. En su opinión, "no puede ser recibir al Aquarius con los brazos abiertos y desperdigar a los inmigrantes, sin apenas información por toda España".
La alcaldesa de Alcalá de Henares, Judith Piquet, ha expresado su "preocupación". Ha hablado por teléfono con el delegado de Gobierno en Madrid, Francisco Martín, una conversación que ha transcurrido en "términos cordiales", pero que ha arrojado "muy poca luz" al no obtener respuestas sobre la "cantidad" de personas que llegarán al municipio, "durante cuánto tiempo", de qué "nacionalidades" ni qué "régimen de convivencia" tendrían con los vecinos de la ciudad.
