Enfrentamientos entre los inmigrantes de Calais y la Policía francesa

En torno a las 15.00 horas (13.00 GMT), unos 40 policías lanzaron granadas de humo para dispersar a las decenas de jóvenes inmigrantes que habían abordado la autopista anexa al campo para detener el tráfico y poder meterse en los bajos de algunos de los camiones que circulan.

Esta maniobra, que suelen intentar cuando se pone el sol, ha sido muy común en el último año, periodo en el que este campamento ha aumentado su población hasta unos 10.000 habitantes -según los cálculos de las ONG-, la mayoría sudaneses y afganos.

A la intervención de la policía algunos refugiados respondieron lanzando piedras.

También se escucharon gritos desde el campamento en favor de los derechos humanos y contra la violencia policial.

Varios inmigrantes consultados por Efe denunciaron que hay "ataques policiales" casi a diario.

Aún se desconoce el número de heridos o detenidos durante la hora que se prolongaron los tumultos.

Estos incidentes suceden solo un día después del inicio de las obras de construcción de un polémico muro cerca del campamento de Calais destinado a dificultar el paso de los inmigrantes al puerto que lleva al Reino Unido.

La estructura, de un kilómetro de largo y cuatro metros de alto, deberá jalonar buena parte de la carretera que lleva hasta el puerto y ha sido totalmente financiada por el Estado británico.

La construcción de este muro no cuenta con el respaldo de las autoridades de la ciudad, que lo consideran una obra innecesaria si finalmente el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, cumple su promesa de desmantelar el campamento de Calais.

Precisamente Cazenueve y la ministra de Vivienda, Emmanuelle Cosse, divulgaron ayer martes un comunicado en el que refrendaban los planes de desmantelamiento del campamento "tanto desde el punto de vista humano como de orden público".

Las obras de levantamiento del muro sirven de trasfondo hoy a la visita a la ciudad del expresidente francés Nicolas Sarkozy, aspirante a ser el candidato conservador en las elecciones presidenciales del año próximo.

El actual presidente, el socialista François Hollande, tiene previsto viajar también a Calais el próximo lunes.