En la campaña de las catalanas del 27 de septiembre de 2015, Sánchez participó en actos electorales en Cataluña siete días de los 15 que dura la campaña. En aquella ocasión, se buscaba una fuerte presencia del PSOE para hacer remontar a un PSC en horas bajas. Los socialistas catalanes querían convencer a su electorado de que contaban con un socio en Madrid determinado a emprender una reforma federal del Estado.
El contexto es hoy diferente. El PSOE ha apoyado al Gobierno en la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña que ha permitido intervenir la autonomía catalana y que ha provocado un desgarro considerable en el partido catalán, con renuncias de cargos públicos y bajas de la formación. Las más sonoras, la dimisión de Núria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, de la Ejecutiva de Pedro Sánchez y la baja del partido del alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, que abandonó también la alcaldía.
El líder del PSC, Miquel Iceta, defendió hasta los últimos momentos que no hubiera ni declaración unilateral de independencia ni 155, pero finalmente terminó aceptando que la aplicación del 155 era inevitable por la negativa del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, a dar un paso atrás en sus planes independentistas al margen de la ley.
En este escenario, el PSC prefiere limitar la presencia del PSOE en la campaña del 21-D, sobre todo para evitar que derive en una contienda nacional que desdibuje el papel protagonista que debe recaer en el candidato a presidir la Generalitat, Miquel Iceta, revela un destacado dirigente de la Ejecutiva de Sánchez. El líder del PSOE participará en actos destacados de la campaña, pero su presencia en Cataluña será inferior a la que tuvo en 2015, avanzan las fuentes consultadas.
Sánchez e Iceta, que han dado muestras constantes de cercanía y entendimiento desde el regreso del líder a Ferraz, volverán a coincidir este sábado en Alcalá de Henares (Madrid), donde los socialistas celebrarán su primer Consejo de Política Federal y Comité Federal desde la elección de la nueva dirección del PSOE en el Congreso de junio pasado.
Los dos líderes pronunciarán sendos discursos en abierto en ese cónclave, organizado con el objetivo de escenificar un "cierre de filas" del partido con las decisiones adoptadas por la Ejecutiva de Sánchez en estos primeros meses, explican dirigentes de la formación.
