"En Cataluña no estamos ante un problema de derechos humanos porque los catalanes (...) no están siendo oprimidos por España", afirmó Juncker en declaraciones difundidas hoy por una cadena portuguesa.
Juncker consideró que la voluntad de los catalanes debe ser escuchada pero afirmó que el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre "no tuvo una participación que permita decir que la voluntad total del pueblo catalán es lo que su Gobierno pretende".
En esa consulta, suspendida previamente por el Tribunal Constitucional español, que la declaró ilegal, votó el 43 % del censo electoral, según el recuento del Gobierno regional catalán, y en ella hubo múltiples irregularidades.
"La Constitución española es muy clara en ese aspecto. No prevé un referéndum sobre la separación, como entidad plena, del bloque español", dijo el presidente de la CE, que añadió que el Gobierno regional catalán y, en parte, el Parlamento de Cataluña, "han salido de la legalidad".
Cuestionado sobre el papel que desempeña Europa en la crisis catalana, el presidente de la CE señaló es un asunto interno y "cabe a los españoles resolver ese problema", al tiempo que reconoció que no le gustaría que en el futuro "la Unión Europea se compusiese de 95 países diferentes".
"Perderíamos el control", dijo Juncker, que invitó "a derecha, a izquierda y a todos" a "intentar conciliar el punto de vista catalán y el punto de vista español".