Así lo ha subrayado hoy el portavoz del Ejecutivo de Vitoria, Josu Erkoreka, en la comparecencia posterior a la reunión semanal del Consejo de Gobierno a preguntas de los periodistas.
Tras el anuncio de desarme de la organización terrorista, el portavoz ha subrayado que el gabinete de Iñigo Urkullu ha ejercido en este proceso la "labor de puente" y ha agregado que su función va a seguir siendo la misma.
Además, el Ejecutivo vasco seguirá "vigilante para garantizar que se cumplan los criterios que inspiran el desarme", evaluará conjuntamente con el Comité Internacional de Verificación la situación y, "si se dan las condiciones", ofrecerá la "cobertura institucional que le corresponda".
En la labor de "puente" ha enmarcado la reunión que el pasado martes mantuvieron el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y Urkullu, en la que el lehendakari informó a Rajoy de la "posibilidad de desarme efectivo", así como los encuentros mantenidos por representantes del Ejecutivo vasco con el grupo de intermediarios de la sociedad civil, también conocidos como "los artesanos de la paz".
Erkoreka ha dejado claro que el lehendakari se ha comprometido a "informar cumplida y formalmente" a Rajoy de los datos "relevantes" que se vayan produciendo en torno al desarme de ETA, al tiempo que ha señalado que Urkullu no se ha reunido con responsables del Gobierno francés ni tiene previsto hacerlo.
Ha insistido en que en la reunión entre Rajoy y Urkullu sólo se habló de la entrega del arsenal de ETA y que, aunque no descarta reunirse nuevamente con él, en el encuentro de la pasada semana no cerraron otra cita.
Preguntado por las reacciones del Gobierno central tras el anuncio de desarme, el portavoz no ha querido pronunciarse y ha apelado a la "discreción".
Erkoreka también ha respondido a preguntas de los periodistas sobre el plan de acercamiento de presos elaborado por el Gobierno Vasco. Ha señalado que este plan se actualiza periódicamente y que la última vez que se hizo fue en noviembre del pasado año.
En esa ocasión, según ha dicho, no se introdujeron novedades significativas en un plan que contempla que el alejamiento máximo de los reclusos de ETA a sus lugares de origen no supere los 250 kilómetros.
"El plan tiene propuestas de todo tipo y la última actualización no contiene nada nuevo y específico", ha concluido.